Alana y Julián se sumergieron en la investigación del pasado, sabiendo que la única forma de desarmar por completo a Elisa era atacando no su dinero actual, sino la fuente original de su poder y prestigio social: la herencia del patriarca de la familia, el abuelo de Gabriel. El Expediente Quimera de su padre contenía referencias veladas a archivos notariales de hace dos décadas, un caso de herencia etiquetado como "La Fortuna del Patriarca".
La investigación fue una excavación arqueológica legal. Alana se concentró en los archivos judiciales sellados bajo la excusa de un caso de derechos de autor, mientras que Julián movilizó a sus investigadores para rastrear a viejos notarios y asistentes legales jubilados. Descubrieron el escalofriante hecho: Elisa había falsificado el testamento del abuelo, desheredando a su propia hermana, Amelia, y asegurando que toda la vasta fortuna familiar —la base de su prestigio— fuera directamente a sus hijos. La tía Amelia había intentado impugnar, pero