Mundo ficciónIniciar sesiónEl hidroavión tocó la pista de aterrizaje en un aeródromo privado al sur de Miami con un chapoteo suave, pasando de la noche caribeña al calor húmedo de la Florida.
Istok los condujo de inmediato a una casa de seguridad en Homestead, un refugio modesto y sin pretensiones, escondido entre campos de cultivo, a cientos de kilómetros de la opulenta mansión de Damon.
Una vez dentro, la adrenalina comenzó a decaer y la realidad se impuso con la fuerza de un golpe.
Damon caminó hasta la ventana y, con una mano temblorosa, marcó un número en un teléfono satelital. Necesitaba oír una voz que no estuviera cargada de traición o de planes de fuga.
— Sí, soy yo... Peter... ¿Está despierto?
— Sí señor.
— Ponlo al teléfono.
La espera fue un infierno silencioso, pero finalmente, la voz peque&nti







