Tanto Damon como Harper estaban con los nervios a flor de piel, la chica hacía lo posible por parecer una mujer rica insoportable y aburrida, mientras Dario contestaba la llamada, cuando regresó y le comentó por lo bajo que estaba casi cien por ciento seguro del secuestro de su primo y jefe de seguridad, el ambiente terminó de congelarse para ambos.
— Protocolo, Harper. Ahora — él soltó de golpe tomándola del brazo.
— ¿Qué pasa? — preguntó ella, mientras la adrenalina reemplazaba a la frustración.
— Mi equipo de seguridad que monitoreaba el rastro falso que le dejamos a esos idiotas sobre el banco de Nassau, acaba de reportar una anomalía. Leoni y Montclair han olfateado el cambio de ruta.
Harper palideció, ya era suficientemente malo haber fracasado en recuperar lo que tuviera la caja de seguridad como para que Montclair estuviera pisándole los talones.
— ¿Nos están siguiendo? — Preguntó abriendo tamaños ojos y manteniendo la conversación en voz baja solo para ellos dos.
— No. Aún no