Capítulo cincuenta; Lento

—Muchas gracias por cuidarlos Tania.

—En realidad Alexey fue quien los cuidó la mayor parte del tiempo. No pude seguirles el ritmo, son una barbaridad.

—Sí, son dinamita pura. No en vano parezco su abuelo.

—Para nada, pero entiendo a que te refieres. Yo con un día siento que envejecí por lo menos dos años de la espalda. –aseguro y ríe.

—Es un buen hombre, Alexey. Nunca conocí a alguien mejor para Emma que él. Y mira que ella era un imán para hombres, pero el ruso de cara bonita la conquistó.

—¿Ella era bonita? –cuestiono y Antón me mira divertido.

—Realmente no, o sea no me lo tomes a mal pero Emma no era bonita, pero lo compensaba su manera de ser. Era la persona más dulce que pude conocer en la vida, ella...me ayudó con los niños cuando nacieron por qué mi ex no quería saber nada de ellos. Fueron como sus hijos por un momento, luego se embarazó y todo se complicó. Alexey no volvió a ser el mismo desde que ella se fue.

—¿La amabas mucho?

—Como no tienes idea, Tania. Pero ella n
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