Capítulo Cuarenta y tres; Una vez más.
Alexey vuelve a su casa sintiendo una mezcla extraña en el cuerpo. Hace tiempo que no sentía esto y no, no está preparado para sentirlo, es demasiado pronto...aunque tal vez Tania no vaya por ese lado y entonces el que está siendo paranoico es él.
Pone la rosa que ella acaba de regalarle sobre la mesa junto a su retrato, se siente un poco incorrecto especialmente por qué aún le duele un poco su partida.
Alexey es un reconocido pintor, solitario y viudo. Llevaba años siendo un ermitaño hasta que ella llegó a este lugar. En cuanto la vio bajar de ese auto con ojos llorosos y alma derrotada, sabia que está derrotada por qué la suya estaba igual o lo sigue estando ya no esta seguro.
No fue la pena lo que lo impulsó a acercarse a ella, fue...curiosidad. ¿Cómo una chica tan bonita llegó a este lugar sola? Es algo que no va a entender, no hasta saber por qué lo hizo.
Se deja caer sobre la cama y sonríe de manera inconsciente, está asustado aunque no lo parezca por qué Tania le hace sent