Aria Green recibe una desgarradora noticia, por ello decide casarse con Douglas Fraser. Aria Green tiene sólo seis meses para hacerse una cirugía de corazón, la cual es demasiado costosa, con eso en mente acepta la propuesta de casarse con el multimillonario Douglas Fraser
Leer másPunto de vista de Aria
— Señorita Green, lamento informarle sobre esto, pero si no tenemos algún donante durante los próximos seis meses, por mucho tiempo —los ojos del Doctor MonteCarlo me miran con demasiada compasión— Usted no sobrevivirá mas tiempo.
Sus palabras me atraviesan como cuchillo. ¿Voy a morir? ¿Moriré a los veinticuatro años?
— ¿No hay lista de espera? —pregunto para que me de una esperanza— ¿No hay algo mas que pueda hacer?
— La agregaré a la lista, pero la espera para un órgano tan vital es demasiado largo. Lo mejor será que busque usted en asilos o algún lugar dónde le puedan brindar esa ayuda. Además, lamento decirle que en este hospital no contamos con lo necesario para esa cirugía, es demasiado costosa y no hay utensilios tan delicados, por demás esta decir que no hay cirujanos.
— ¿Dónde me la pueden hacer? ¿En qué lugar?
— Si me permite, señorita Green, puedo investigar varios lugares para sacar los costos y usted mire cual es el mas accesible, esto lo hago como su amigo, no como doctor. Cualquier cosa que yo pueda hacer para ayudarle, lo haré, señorita Green.
— ¿Cu-cuánto podría salir?
— Siendo sincero, al ser algo delicado y que debe ser hecho en una clínica privada, puede salirle en más de medio millón.
Las palabras del doctor MonteCarlo me destrozaron. Todos estos últimos cinco años estuve en su tratamiento, me dio palabras de aliento siempre, aún cuando sentía que no podría acabar la universidad, el doctor me dio animo y fuera. Pero ahora, siento que sus palabras me están hundiendo.
Contarles a mis padres fue la peor parte. Pensé que, en esto, yo era la única que iba a sufrir, pero no.
— ¿Pero hay lista de espera? —pregunta mi papá— Si debemos dar dinero para estar en los primeros lugares, lo haremos, Ari.
— Si lo hay, papá —no los quiero ver a sus rostros, me duele demasiado— Pero puede pasar un año para estar dentro de los primeros diez lugares.
— ¿Solo un año? —pregunta mi mamá con esperanza— Eso no es mucho.
— Es que no me han dejado terminar, mamá. Mi enfermedad no está dejando funcionar bien a mi corazón, el doctor MonteCarlo solo me da seis meses de vida, debo tener la cirugía antes de los próximos seis meses.
— ¡¿Qué?! —exclaman los dos.
— ¿Cuánto es el costo por esa cirugía? —pregunta mi mamá demasiado preocupada, puedo verlo en sus ojos, está aguantando las ganas de llorar.
— No lo sé exactamente, pero el doctor MonteCarlo me dijo que mínimo podría salir en medio millón. Pero de verdad que no quiero que se preocupen por mí, no quiero vivir mis últimos meses viendo su estrés por conseguir esa monstruosa cantidad de dinero.
— No te dejaremos morir antes que nosotros, Aria —mi padre está decidido— Haremos lo que tengamos que hacer, pero no dejaremos que eso pase. Nosotros debemos morir antes que tú, es la ley de la naturaleza.
— Papá —no puedo más y me suelto a llorar.
Todo el camino a casa trate de mentalizarme y hacer de cuenta que mi fecha de muerte está decidida, porque al ser una familia de bajos recursos, sabía que conseguir esa cantidad de dinero es imposible. Realmente quise tratar de convencerme, pero no puedo.
No quiero morir.
Punto de vista de Douglas.
— Ese hombre murió —digo por enésima vez— La herencia es mía. ¿Por qué no puedo simplemente cobrarla?
— ¿Hasta donde llega tu codicia, Douglas? —mi medio hermano se levanta de la silla, tratando de intimidarme— ¡Papá ha muerto! ¡Nuestro padre ha muerto, Douglas! ¡¿Solo te importa el dinero?!
— “Padre” solo tiene ese titulo por genética, ese hombre no es para mi lo mismo que para ti, Dylan.
— Quizá por ser como eres te abandonó —me respondo dolido, lo cual no me importa en absoluto.
— Les pido que se comporten, señores —El abogado de mi “padre” nos interrumpe— Estamos hablando una situación complicada, pueden tomar asiento de nuevo o irse y lo hablamos en otra ocasión.
— Mis disculpas —respondo, desabrocho dos botones de mi chaleco negro para sentarme, siento la mirada de mi hermano, pero pronto se sienta de nuevo.
No necesito el dinero de mi padre, tengo lo suficiente, pero dejárselo a la familia de mi medio hermano, cuando solo son unos arpías fingiendo ser buenas personas, eso si que jamás lo permitiré.
— Procederé a leer las últimas palabras de su padre —indica el abogado— Les ruego no me interrumpan, si lo hacen suspenderé esto. Con fecha del día 28 de febrero del año en curso, el señor Diego Fraser en su lecho de muerte, dijo lo siguiente;
“ Lamento demasiadas cosas en la vida, no soy un hombre perfecto, pero confío en mi hijo “Douglas Fraser” para administrar mis bienes, creo firmemente que ha crecido como un buen hombre de negocios, lo vi crecer demasiado rápido, siempre de lejos, siempre solo. Sé que el no me llorará. Será el mas cuerdo para manejar mi herencia”
“Pero, quiero pedir una petición, hijo. Un hombre debe sentar cabeza siempre, para cobrar la herencia debes buscar una mujer con la cual compartir, debes casarte. Si no lo haces, no lo necesitas, dado caso, mi herencia pasa a la familia directa de mi hijo “Dylan Fraser y su madre””
— ¿Es todo? —pregunto cuando su abogado deja de ver la hoja
— Si, señor Fraser. La petición de su padre es que se case, estimó un tiempo para hacerlo.
— ¿Cuánto tiempo es eso?
— Seis meses, señor Fraser
— Aún muerto me da dolores de cabeza —digo en voz alta.
— Entiendo, en tu lugar también estaría así —me dice Dylan— Nadie querría casarse contigo, ninguna mujer cuerda, al menos.
— No empiecen —nos interrumpe de nuevo el abogado— Señor Douglas Fraser, tiene hasta el veintiocho de Agosto para presentarme una hoja de casamiento, presentarme a su esposa, de otra manera, dejaré todo para el señor Dylan Fraser. Por el momento, todos los bienes del señor Fraser serán congelados, ninguna cuenta, ni un céntimo saldrá hasta ver a quien se le dejará todo. Muchas gracias, es todo de mi parte.
El abogado anciano, toma sus cosas y sale a un paso demasiado lento. Espero jamás llegar a esa edad, debo morir antes de eso.
— Nos veremos pronto, hermano —Dylan me sonríe como lo que es, un monstruo cazador de dinero, al igual que toda su m*****a familia— Espero ninguna mujer se case contigo, aunque con tu historial creo que nadie aceptará —se ríe.
— ¿Crees que, si se lo pido a tu madre, acepte? —su sonrisa se borra.
PUNTO DE VISTA DE ARIA
Han pasado una semana desde que supe mi final. En estos días he visto a mis padres llorar, algo que me rompe el corazón. Me alimentan, pero ellos no comen, supongo que no les da hambre o están comenzando a ahorrar.
No quiero verlos más así.
— ¡¿Para que pago impuestos?! —la voz de mi padre se escucha por toda la casa— ¡¿Para que pago todo puntual?! ¡Estoy pidiendo ayuda, mi hija… —escucho como su voz se rompe, está llorando de nuevo, no quiero seguir viendo esto.
Sin hacer ruido, me meto a mi habitación. Después de unos minutos, mi madre toca la puerta.
— ¿Sí? —pregunto en voz alta— Pasa
Mi mamá es pequeña, rubia y bonita. Siempre ha hecho muchas cosas para hacerme sentir bien, inclusive cuando he tenido el corazón roto.
— ¿Cómo estás? —pregunta suavemente, vuelve a cerrar la puerta.
— Bien, mamá, gracias. ¿Por qué papá está enojado?
— Pidió un crédito al banco, fue rechazado —me explica— Está muy molesto. ¿Lo escuchaste?
— Si, lo hice —mis ojos se vuelven aguados— Mamá, no quiero verlos sufrir por mi culpa. Me siento muy mal a verlo todos los días estresados, no quiero esto. Déjenme así, pasar los días felices. El doctor, mi amigo me dijo que hará lo posible por moverme de la lista, de verdad que sé que lo que se pueda hacer ustedes y él lo harán, eso lo sé. Pero no quiero que hagan lo imposible.
— No nos puedes pedir que dejemos de luchar por tu vida —mi mamá toma mis manos y las junta— Te amamos, Aria. Eres todo para nosotros, no dejaremos ni queremos verte sufrir.
De repente mi estomago se siente pesado y un dolor se instala en la punta. Comienzo por toser, me levanto de la cama para ir al baño, apenas llego al lavabo vomito sangre, puedo sentir el sabor hierro en mi garganta.
— ¡Hija! —mi mamá está preocupada, así que cierro la puerta del baño para que no entre
— ¡Estoy bien, mamá! ¡Estoy bien, dame un segundo y salgo!
Me enjuago mi garganta, para quitarme ese sabor. Enjuago el lavabo para que la sangre se vaya, nadie puede verlo o se preocuparán más por mí. Al salir, me encuentro a mi mamá justo en la puerta del baño, su mirada es de preocupación.
— ¿De verdad estás bien, hija? —su dulce voz me reconforta.
— Si, mamá.
Siempre pensé que llegaría un día en el que no haría que mis padres se preocuparan por mí, llegar un día con dinero para que ellos no trabajaran más, pensé que terminando la universidad sería mi momento de devolver todo lo que ellos hicieron por mí, pero solo les sigo dando problemas.
— Ari —mi mamá me habla— ¿Recuerdas a tu tía Estela?
Mi tía Estela es esposa del hermano menor de mi madre. Es tan bonita como ella. Siempre es amable, sus hijos son una preciosura también, con lindos chinos rubios.
—Si, mamá. ¿Qué sucede con ella? ¿Está enferma? —mi preocupación aumenta, mamá nunca me ha mencionado a mi tía Estela para nada.
— No, hija, nada de eso. Es que ella trabaja desde hace cinco años en la servidumbre de una gran casa. Le conté todo lo que está pasando, tenía la esperanza de que tal vez su jefe o la señora de la casa nos prestara dinero, estamos desesperados —menciona con preocupación— entonces tu tía me dijo algo sobre el señor de la casa, que quizá nos pueda ayudar con todo esto, Aria.
Punto de vista de Douglas
La venganza es lo único que me está haciendo considerar casarme, no quiero que esa familia de carroñeros obtengan un solo peso de mi viejo padre, solo eso me faltaba.
— ¿Dónde piensas buscar a una esposa, Douglas? —pregunta Yadira, una vieja amiga, la única que puedo considerar así.
— No lo sé, todas las mujeres buscan siempre dinero, si me caso no quiero una que ya esté acostumbrada a todo eso, quiero alguien que me haga caso en todo lo que diga… si compartiré mi vida con una mujer, espero que sea hermosa y callada.
— Yo puedo hacerte el favor.
Me río con su broma— Por favor no, no eres una mujer que vea como esposa, Yadira.
— Por dios, me haces sentir mal por tu comentario —Yadira hace una seña a Estela, alguien que trabaja para mi ahora— Por favor —le pasa su vaso, para que Estela le sirva mas agua.
— Solo te digo la verdad, Yadira. Eres una mujer igual que yo, cosa que no quiero, pues nos terminaremos matando por llevar el control. Además, en serio que no eres de mi gusto.
— ¿Qué es lo que buscas entonces? ¿Una pobretona que se deje mangonear por ti? ¿Qué tu pidas y ella solo acepte? —Yadira está molesta, lo puedo deducir por el tono de su voz, altanera.
— De hecho, si, mi madre era así —el trago que tomo me sabe amargo, pero no porque sea Whiskey, si no por recordar lo que pasó con mi madre por culpa de estúpido padre— Ahora que lo pienso. Estela —la llamo— Ven a mi lado, por favor.
— Si señor —Estela llega de inmediato. Estela fue contratada por mi madre, es una de las pocas personas que siempre le tengo confianza.
— Está casada, ¿verdad? —cuando termino de formular la pregunta, Yadira escupe el agua.
— ¿Te quieres casar con esta anciana, Douglas? ¡Si que estás urgido! —dice Yadira ofendida
— Solo cállate —demando serio— ¿Estela?
— Si, señor —responde Estela
— ¿Tiene hijas?
— No señor, solo varones…
Pensé que Estela quizá tuviera una hija, Estela parece tener unas rasgos finos, una hija de ella puede ser de mi gusto, tal vez. Podría ser una buena opción.
— Una lástima —menciono— Eres una buena opción, Estela.
— Si me permite hablar, señor Douglas… mi cuñada tiene una hija que acaba de terminar la universidad —la miro con interés— ¿podría presentársela?
— Es una buena edad, pero no creo que sea buena idea, Estela. Busco alguien que sea familia directa, usted se ve que en juventud tuvo buenos rasgos, quiero lo mismo para mi futura esposa…
— ¿Podría… enseñarle una foto? —me responde Estela con nervios.
— Podría ser. ¿La tiene ahora? ¿Puedo verla ahora, para darle una respuesta o seguir buscando?
PUNTO DE VISTA [Adriano] — Buen día, Adriano —saluda Emilia, la hija de la seora Lyna, que me ayuda con la limpieza de la casa— ¿Cómo amaneciste hoy? Parece que la fiesta de ayer te hizo beber demasiado. — Buen día —respondo sirviendo un poco de agua— ¿Por qué lo dices? Emilia es una joven mujer, que veo como una amiga. Con ella y su madre he hablado de lo mucho que extraño a Paula. Me dijo que nos veríamos en seis meses, pero no ha salido. No he hablado con el doctor, simplemente llamo en recepción para ver si sigue allí. — Has despertado muy tarde. — Hoy no trabajo —espeto tranquilo— ¿El desayuno ya está? — Si, todo está en el comedor. Mamá ha ido a hacer el súper. — Está bien. ¿Has limpiado la habitación de Paula?Emilia pone mala cara, mentiría si digo que n me molesta que haga eso. — ¿Me permites darte un consejo? — Adelante. — Esa mujer te está engañando, Adriano. Dijiste que están comprometidos pero no se han visto es mas de un año. Creo que no deberías mantener ese cl
PUNTO DE VISTA [Narrador] La despedida es algo difícil cuando ninguno lo desea. Paula contiene las enormes ganas de llorar, mientras que Adriano resiste a decirle lo mucho que desea quedarse a su lado, aunque la entiende, quiere ella superar esta etapa que ha sido marcada de la peor forma. —Deseo verte en unos meses, Paula —le susurra Adriano cuando la besa— Es una promesa que no tienes permitido romper. Paula está concentrada en mantener en sus recuerdos su aroma, para no olvidarlo. No escucha ni pone atención. —Te amo, Adriano. Es tan duro para ambos, que la escena parece una de alguna película donde ninguno de los dos se volverá a ver. Ambos sonríen, pero ambos están tristes. —Está es mi dirección.—Seis meses —le recuerda Paula— Mas o menos, pero volveré a verte. Cuídate mucho. Adriano escucha el nombre de su vuelo, por lo que está obligado a irse. Ha planeado de tantas formas aprovechar el tiempo que Paula no esté para hacer la casa de acuerdo a su gusto. Así que por e
PUNTO DE VISTA [Paula] Todo parece imposible, hasta que pasa. Kaden siempre me demostró no tener miedo, hasta esa noche ambos bebimos, yo solo había tomado una cerveza, aunque estaba mareada, puedo recordarlo. Es la razón por la que siempre quise que Kaden me viera como su amiga, porque dos personas rotas no pueden salir adelante, son demasiados baches en el camino. Esa noche, Kaden me había confesado como era su familia con él. Las veces que su madre le había obligado a ver cosas que no debía ver, los golpes de todos sus novios, los insultos. Esa noche había llorado como un niño pequeño al cual se le cae su helado favorito al suelo. Kaden me hizo ver que el también necesitaba ayuda, ayuda que yo no podía darle. Kade sufrió demasiado en vida, Kaden su vida por mi. Lo quiero, lo quiero demasiado y esto duele, me arden los ojos y la garganta me duele. Creo que ya no puedo gritarle a la vida lo injusta que es con algunos. — Estaré en el auto —me avisa Adriano. Estuve dormida por mas
PUNTO DE VISTA [Narrador] “Será que tengo la necesidad de ti, será que tu también la tienes y es peor” Nadie puede tocarla, nadie puede acercarse, el único que pudo inyectar el tranquilizante fue Adriano. Que fue la única persona que Paula reconoció. Aunque claramente Paula está mal, que haya salido del coma, es una excelente noticia para Adriano. “Quizá nos quisimos tantos, que no tenía ni sentido. Quizá nos dimos la vida justo para no salir vivos” Adriano no puede dejarla ni un segundo. Solo recuerda los gritos de terror que Paula tenía, debe esta confundida. Ella se desmayó desde antes de salir de lugar donde la tenían. Adriano imagina toda la confusión que ella debe tener, aunque quiere tocarla, no puede. No quiere asustarla. Aunque no se encontró ningún ADN dentro de ella, si que si que sufrió violencia extrema. Su pequeña y adorada Paula está atravesando una tormenta, de las que ella está acostumbrada a pasar. — Kaden —susurró Paula aún dormida— Por favor, despierta…. Kaden
---PUNTO DE VISTA [Narrador]--- Adriano hizo todo lo que pudo. Por días ha trabajado para que Paula se recupere, pero nada ni nadie la hará despertar. Adriano la ve, acostada sobre esa camilla, sus moretones siguen tan potentes como el primer día, las plantillas de sus pies se encuentran vendadas desde el día que llegó. Sus muñecas están tan lastimadas, que la sangre seca se le ve detrás de su piel pálida. Los golpes en su estomago, fue la peor parte… Adriano deja de verla, para irse a la ventana. Desde que conoció a Paula, toda su vida fue un cambio, con la perdida de Aria Green, el se encontraba perdido, sin tener una dirección clara. De repente, sin pedirlo, aparece Paula, la atracción fue tan fuerte que se sintió mal por preferirla a ella sobre su ex amor. Se llegó a cuestionar si de verdad había amado a Aria, porque ahora parecía que no, que solo había sido un capricho. Paula le cambió totalmente la forma de ver la vida, pues había pensado que todas las personas tienen dificul
PUNTO DE VISTA [Paula] Mis oídos están tapados, mis pies arden, tengo miedo de ponerme de pie, mis huesos, cada golpe puesto me duele. Me empiezo a mover cuando veo que Gerard me lleva hasta el elevador. No puedo abandonar a Kaden, no puedo hacerlo. — Por favor, Paula. Quédate quieta. — Hay mas de veinte hombre abajo que van a subir. ¿Qué crees que le harán a Kaden? Gerard no afloja su agarre. Pero al final termino parándome sobre mis pies. — Dame tu sudadera —le pido de muy mala gana— Gracias. Estoy completamente desnuda, pero no puedo hacer nada si solo estoy en vuelta en una toalla. No. Tengo que hacer que el ascensor no se mueva, así que camino para allá. Atravieso un palo de acero que está a medio camino. — Cuando se den cuenta, subirán por las escaleras, necesitamos trabar la puerta trasera. Tenemos media hora para salir, después de eso estamos acabados. — ¿Por qué? — Si James no se reporta, vendrán sus hombres. Siempre lo hace después de hacerme daño. Intento caminar
Último capítulo