2.Propuesta indecente

Punto de vista de Douglas

Estela se apresura a sacar su teléfono, teclea algo y en unos segundos me muestra en su teléfono un perfil en F******k.

— Aria Green —leo en voz alta.

Ciertamente esperaba estar totalmente decepcionado de la foto que la señora Estela me mostrara, pero estoy desconcertado, jamás pensé que vería a alguien con estos rasgos. Una mujer despampanante, rubia y con una sonrisa angelical. Parece como si hubieran tomado mi boceto de mujer perfecta para casarme, el resultado hubiese sido ella.

— ¿Es tu sobrina? —pregunto a la señora Estela

— Si, es mi sobrina. Terminó la universidad pública, es una buena muchacha, señor Douglas. Es respetuosa con sus padres siempre, es leal.

— ¿En serio estás considerando casarte con una pordiosera? —pregunta Yadira.

— Yadira, solo vete —le pido sin dejar de ver las fotos de Aria— No te quiero ver más. Solo colmas mi paciencia.

— ¡Por dios, Douglas! —Yadira se levanta demasiado molesta— Te vas a arrepentir de esta humillación frente a tu sirvienta.

— Solo vete y no digas más, Yadira —respondo

— ¿Qué le parece, señor Douglas? Es una hermosa mujer.

— Ciertamente es mejor, es perfecta —susurro sin dejar de ver esas fotos— ¿Puede hablar con ella sobre esto? ¿Aceptará?

— Sin dudar —me responde rápidamente.

— ¿Por qué? ¿Busca hacer dinero? —su respuesta inmediata me pone en alerta— ¿Por qué, señora Estela?

— Sus padres están pasando por un momento difícil, ella siempre ha buscado que sus padres dejen el trabajo pesado que ambos hacen, haría cualquier cosa por mejorar la vida de ellos. Sus padres son su adoración.

— Me parece bien —respondo pensante— Debo casarme lo antes posible. Así que entre mas pronto le diga, mejor.

— Le llamaré hoy a mi cuñada —responde la señora Estela— Les será una excelente noticia, señor Douglas —miro que la señora Estela esta por llorar.

— ¿El trabajo de los señores es tan malo? —pregunto al ver a la señora Estela con los ojos llorosos.

— Demasiado —me responde— si me permite, me voy a retirar, señor Douglas. Una pregunta ¿No quiere verla antes de casarse?

— No, ya vi lo suficiente. Cuando me responda, le enviaré a mi abogado para comentar algunas reglas que debe seguir.

Ella es perfecta. No puedo creer que todo este chiste me haya llevado a una persona como ella. Podría darle la oportunidad, podría ser igual que mi madre, pero a diferencia de mi padre, yo jamás la abandonaría.

— Está bien, gracias, señor Douglas.

Estela sale de la habitación, entonces sonrío. Debo llamar a mi abogado.

Punto de vista de Aria

— ¿De qué hablas, mamá? —mi confusión es grande— No te entiendo.

— Tu tía le mostró fotos, el quiere casarse contigo, Ari.

— ¿Y si yo no quiero? —pregunto pensando en que siempre pensé que me casaría con el amor de mi vida, una persona que me hiciera enloquecer, pero de tantas emociones que me hiciera sentir— ¿Mamá?

— Este hombre es millonario, Aria —mi madre me mira seria— Él puede pagar tu cirugía. Con el podrías vivir por muchos años más.

— ¿Por qué quiere casarse conmigo? ¿Si tiene tanto dinero como dices, muchas querían casarse con él?

— Tú tía me explicó que su madre fue como tú, que solo quería honrarla dándole a alguien la oportunidad de salir de abajo. Solo buscaba alguien que fuera agradable a la vista, hija. Piénsalo, no quiero verte ni imaginar que estaré en la tierra sin ti —ella quiere llorar— Si pudiera vender un órgano mío, te juro que lo haría Aria, no quiere verte sufrir más, no resisto verte así. Tan débil.

No puedo hacer sufrir a mis padres solo por mi propio capricho, no quiero verlos seguir estresados por todo esto.

— ¿Se supone que me case con el y le pida quinientos mil? —pregunto— ¿Qué debo hacer?

— Tu tía me envió un contrato, lo estuve leyendo —ella me muestra unas hojas— No quería proponerte algo para que salieras lastimada, pero este contrato solo dice que van aparentar ser pareja, deben durar al menos un año de casados, después de eso, si se divorcian el se compromete a darte dos millones.

— Pero solo tengo seis meses, mamá.

— El está abierto a negociaciones, Aria. Podemos pedirle que te de el día que se casen quinientos mil, podrías operarte en esa misma semana, esto es una maravilla que dios nos ha mandado.

Miro las hojas y entonces entiendo. — ¿Quiere casarse para cobrar una herencia? ¿Solo por eso?

— Si

— Debe ser demasiado codicioso.

— Eso no importa, podemos pedirle el dinero, Ari. Es como un trabajo.

Lo pienso muy poco, a decir verdad, mis ganas de vivir me hacen aparentar una falsa valentía.

— Quiero vivir —respondo a mi madre— Me casaré con él.

Mi madre sonríe con lagrimas en los ojos, supongo que mi madre llora cuando está feliz y cuando está triste. La abrazo con emoción, podré tener el dinero para mi cirugía, pero falta el órgano que me van a trasplantar, eso es un tema a parte.

— Tu padre no entenderá esto —me dice cuando finalizamos el abrazo— Estoy pensando en mentirle. ¿Qué piensas sobre eso?

No podría mantener una mentira con mis padres, nunca podría llevar a cabo ese plan, mi papá debe saber todo, debe entender que es una manera de luchar por mi vida, por un futuro para ellos. No puedo simplemente ignorar esta gran oportunidad.

— No mamá, no quiero mas mentiras con el falso matrimonio estaré bien —la miro a los ojos directamente— mi papá deberá entender que es la única salvación que tengo. Las más rápida.

— ¿Puedes enviarle por medio de un correo lo que acabamos de hablar? Para que lo modifiquen, porque el señor quiere hacer la boda lo antes posible.

— ¿cuándo?

— Estela me comento que en cuanto tuvieran los contratos, una semana después, que algo que le urge demasiado al señor.

— ¿Cómo se llama?

— Su nombre está en la última hoja —me quita las hojas para buscarlo— Douglas Fraser.

Repito su nombre en mi mente, después de voz alta y en cuanto sale de mis labios, un escalofrío recorre mi columna.  

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo