Odette y yo nos dirigíamos hacia el coche para acompañar al príncipe menor cuando me topé con Max en el primer piso.
- ¿Adónde vais? - me preguntó.
- Odette y yo vamos a ver el tren de Lucca.
- ¿Con el caballo?
- Sí, con el caballo Sucker. - No pude evitar reírme.
- ¿Nos acompañará, señor seguridad? - preguntó Odette irónicamente.
- La verdad es que no. El jefe de la guardia nacional me ha invitado a visitar la armería del País de Mar. Es imposible negarse.
suspiré:
- Tú y tu encaprichamiento con las armas.
- Es inevitable, Alteza. - Sonrió. - Y en gran parte es culpa tuya.
- ¿Culpa mía?
- ¿Quién prácticamente me obligó a hacer un curso para ser el guardia de seguridad privado de la futura reina?
Sonreí