Mundo de ficçãoIniciar sessãoAntonela movió la cabeza intensamente en señal de negación.
Iban caminando por el pasillo, mientras él hablaba sobre los problemas de salud de Adam y del riesgo que corría el niño si no se realizaba el tratamiento adecuadamente.
Antes de que ella pudiera reaccionar, recibió otro gran golpe al ver a Adam acostado en la cama con una sonda en la nariz e hilos esparcidos por todo su pequeño cuerpo. Él inclinó la cabeza hacia un lado y sus pequeños ojos encararon los de ella. El niño sonrió al ver a su madre.
Los ojos de Antonela se llenaron de lágrimas, pero ella se negó a llorar delante de él. No era el momento de demostrar debilidad.
— Mamá – su voz sonó con entusiasmo, pero Adam estaba demasiado débil para levantarse.
Antonela se acercó y sonrió. Una sonrisa formulada, estirando las mejillas f







