Era de esperarse que Henrico hiciera eso; después de todo, darle una buena lección a Alessia por contradecirlo era lo normal. Alessia también lo esperaba, pero lo que escuchó de los labios de su padre a continuación la sorprendió completamente.
—Sabías la verdad, ¿no es así, Alessia? —La pregunta la tomó desprevenida—. Sabías que Antonela había tenido un hijo, que el niño es heredero de Benjamim.
Espantada por la manera en que él decía aquello y temiendo que Benjamim aún estuviera cerca, Alessia corrió hacia la puerta y la cerró con llave. Su actitud no tenía ningún sentido, pero después de todo lo que había hecho para retener a Benjamim, obligándolo a casarse con ella, la precaución era lo mínimo en ese momento.
—No sé de qué está hablando —fingió no entender, pasando junto a él con la cabeza baja y volviendo su atención al celular que sostenía.
Pero actuaba de una forma tan elocuente, como si la información no fuera ninguna novedad, que hizo que Henrico tuviera la certeza de que Ale