Benjamín giró sobre sus talones y entró en la oficina sin esperar a que las mujeres lo siguieran. Cuando se quedó sola con Dominique, Antonella quiso agarrarla por el cuello y estrangularla hasta la muerte.

—Te pedí que mantuvieras la boca cerrada —susurró, pero sus palabras transmitían todo su descontento hacia Dominique.

— Lo siento mucho, ¿cómo iba a imaginarme que él estaba detrás, escuchándolo todo?

Dominique sintió palpitaciones, como si su corazón estuviera fallando. Cerró los ojos como si intentara olvidar lo que acababa de suceder, empezando a arrepentirse de haber aceptado aquel trabajo.

— Ruega, para que no haya escuchado nada - volvió a mirarla a los ojos—, porque me veré obligada a huir de esta ciudad otra vez.

Dominique sintió la culpa consumiéndola por completo hasta que es