Capitulo 118

Antonela permaneció en esa posición, casi fetal, hasta que Dominique le sirvió una taza de café llena. Su corazón latía desesperadamente con cada sorbo que tomaba. Pequeños picos de ansiedad invadían su pecho y pensó que no lo soportaría.

Dominique comenzó a contar cómo estaba Adam y cuánto había mejorado en los últimos días.

—El médico incluso está pensando en adelantar su alta —sus palabras hicieron que Antonela se preocupara aún más—, y no deja de hablar de Benjamín. Está superemocionado con la idea de que trabajas para su padre.

—No sé si eso es bueno. —Dejó la taza en el suelo y se levantó de repente—. Necesito intentar arreglar las cosas antes de que salga de ese hospital.

Comenzó a caminar de vuelta al dormitorio, revolviendo el armario en busca de algo de ropa. Dominique la sujetó del brazo, obligándola a detenerse. La forma en que Antonela estaba actuando la asustaba.

—¿Qué quieres hacer? —Abrió los ojos, afligida—. No tienes que hacer esto sola. Te vamos a ayudar, Antonela.

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App