Después del emotivo reencuentro entre padre e hija, Thomas finalmente se dio cuenta de la presencia de Ethan. Frunció ligeramente el ceño, curioso y desconcertado.
—¿Y quién es este joven? —preguntó el hombre.
Antes de que Ethan pudiera responder, Elsie, intervino con su entusiasmo habitual.
—Es mi guapo cuñado, se llama Ethan —dijo con una sonrisa traviesa—. Pronto habrá una boda de lobos.
Thomas parpadeó, claramente sorprendido por la noticia. No había esperado que Ylva regresara a casa con alguien, menos con un posible compañero. Sin embargo, intentó mantener la compostura y ser amable, aunque se notaba un aire de reserva en su actitud.
—Entiendo… —dijo Thomas, mirando a Ethan—. Bienvenido a nuestra casa, Ethan. Espero que nos tratemos con respeto y amabilidad.
Ethan asintió, respondiendo con una sonrisa sincera.
—Gracias, señor. Estoy agradecido por su hospitalidad.
—Pensé que aún me faltaba mucho para este momento —murmuró Thomas.
—Ylva es muy importante para mí, y haré