Lula estaba limpiando el baño con meticulosidad, pasando la esponja por cada azulejo y frotando con fuerza para eliminar cualquier rastro de suciedad. El olor a desinfectante llenaba el aire mientras se esforzaba por dejar todo impecable. Después de asegurarse de que cada rincón brillara, salió del baño con un suspiro de satisfacción. Raro, pero siempre le había gustado limpiar, le gustaba el olor a limpio y sentía mucha satisfacción cuando veía limpio un lugar, así que nunca lo consideró un trabajo denigrante para nada. Más vergüenza le daba desnudarse para desconocidos, aunque la desnudez le parecía algo natural. Nunca le incomodó realmente, era la reacción tan sexual que provocaba en ellos lo que hacía que esa parte del trabajo no le gustara tanto. Sin embargo, su momento de tranquilidad se vio interrumpido cuando un hombre alto y apuesto bloqueó su camino. Reconoció instantáneamente al hombre, pues había visto que la había estado buscando por el club y todavía podía sentir el esco