Capítulo 16. Bastardo
El camerino estaba sumido en un silencio tenso después de la sorpresiva aparición de Steven y la partida de su hija. Sasha, con la mirada fija en él, notó la sonrisa sardónica en su rostro mientras se acercaba. ¿Cómo carajos se atrevía él? —¿Sasha, no? — pronunció él nuevamente, como si el tiempo no hubiera pasado y la primera vez que lo dijo ella no lo hubiera escuchado. Ella lo observó con el ceño fruncido, sin apartar la mirada del espejo. Y finalmente suspiró sintiendo su sangre en ebullición. — Steven—dijo ella con voz firme casi escupiendo ese maldito nombre, dejando claro que la sorpresa no se traducía en alegría —. ¿Qué estás haciendo aquí? — inquirió casi con rudeza. Él avanzó hacia ella, intentando tocar su rostro con una familiaridad que ya no tenía cabida. — Una agradable casualidad supongo, cuando te vi en ese escenario no sé... No podía perderte de vista — admitió él observándola embelesado —. Estás mucho más hermosa de lo que recuerdo... Sasha se apartó rápidamente, sus