25. INFELIZ
—Te juro, no lo puedo soportar. —Kenny había ido unos días a California y se encontraron en la empresa de Niko. Charlaban y el ruso estaba enfurecido—. De solo pensar en que ese hombre la toque... ¡Aaaagh!
Su amigo agitó su cabeza y sonrió.
—Estás perdido, amigo, pero, si la muchacha no quiere estar contigo, no puedes obligarla.
Nikolai inclinó la cabeza y lo miró elocuente.
—Otra vez... —completó Kenny.
Niko soltó un suspiro.
—Creo que voy a pedirle un ADN —dijo Nikolai, mirando con seriedad a su amigo.
El pelirrojo lo observó con una mirada cargada de ironía.
—Vamos, viejo, si sabes que es tu niño. ¿Para qué haces eso???
—No sé. Quizá luego de esa fiesta pasó algo con Sean, si no, ¿por qué lo llamó a él?
—La llevaste a abortar, ¿qué se suponía que hiciera, Niko? Era obvio que no iba a volver contigo, quizá el tipo fue amable.
El ruso, que siempre lucía impecable, estaba un poco desaliñado y se había quitado la corbata ya. Se levantó para buscar un trago del minibar. Le ofreció a Ken