POV ELENA
Cerré la puerta de mi habitación con cuidado, como si temiera que incluso el sonido pudiera romper algo dentro de mí. Andrea seguía despierta en el departamento; lo sabía por la luz que se filtraba bajo la puerta de su cuarto, por el murmullo lejano de música baja, por la sensación de que no estaba sola aunque, en ese momento, lo necesitaba más que nunca.
Apoyé la espalda contra la madera y respiré hondo. Mi hermana quería quedarse en Berlín. Quería construir algo aquí. Con Walter.
Con una vida que no incluía huir.
Yo, en cambio, sentía que cada paso que daba hacia adelante me hundía más en algo antiguo, invisible y persistente.
Me descalcé despacio, dejé el vestido sobre la silla, el collar cuidadosamente acomodado en el tocador. Me miré un segundo en el espejo. Había rastros de cansancio en mis ojos, pero también algo más… algo que no me pertenecía solo a esta vida.
—Necesito entender —murmuré.
El libro del doctor Weber seguía abierto donde lo había dejado, como si me estu