Sarah

Dos días después

Sarah se despertó hambrienta, y tardó un rato en darse cuenta de que no se encontraba en su propio cuarto. Miró en dirección a la mesita de noche, y encontró una bandeja con medicamentos, y otras cosas que no reconoció.

- ¿Sarah?

Buscó la voz que pronunciaba su nombre, pero no la encontró, se encontraba más adormilada de lo que había pensado inicialmente, pero finalmente la persona que la llamaba llegó hasta la cama, se sentó en el borde y le cogió la mano.

- ¿Philip?

Sarah no recordaba en esos instantes nada de todo lo sucedido, así que ver a Philip tan lozano, y tan alegre, le resultó raro, hacia años que no lo veía tan bien.

- Si, Sarah, soy yo,por primera vez eres tú la que está en esa cama, y yo estoy sano, ¿te lo puedes creer?

- ¿Qué ha ocurrido?

- ¿Qué recuerdas?

- Nada, bueno, no lo sé, me fui de compras con Bea, y luego ni siquiera recuerdo que llegáramos a la casa de Adam, ¿estamos en casa de Adam?

- Si, tranquila, el médico ya nos dijo que ésto podría pasar
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