Capítulo treinta y siete.
Dado que Agustin no encontro a nadie en casa le marco a Anna, pues estaba preocupado.
— Anna cariño ¿Dónde están? ¿Por qué no hay nadie en casa? — preguntó preocupado el hombre.
— Oh Agustín, salimos a dar un paseo, pero ya vamos de regreso.
— ¿Dime en donde estan? Iré por ustedes. — respondió el, no se sentiría tranquilo, hasta verla, sana y salva.
— No te preocupes Agustín, el chofer vino por nosotras, ya vamos para allá, nos vemos en un rato.
— Esta bien, tengan cuidado aquí las espero.
Agustin se puso manos a la obra en lo que ellas llegaban el hizo la cena. Esperaba sorprender a Anna con eso.
Cuándo las tres mujeres llegaron y entraron a la casa, sintieron un aroma agradable que venia desde la cocina, Sofía y Joanna sabían quien era el autor pero Anna no.
— ¿Quién esta cocinando? si Joanna esta con nosotras.
— ve a la cocina a averiguarlo, Joanna acompáñame a mi habitacion. — dijo Sofia.
— Sí señora sofia — respondió Joanna.
Las dos mujeres se fueron y Anna se quedo so