Me di vuelta con la intención de escapar de aquella tensa situación. Pero antes de llegar a la puerta, unas voces captaron mi atención. Segundos después, Petter estaba de nuevo en el camarote.
_ Ese desgraciado agarrado las maletas y las ha tirado por la borda. Se han hundido.
_¿Noooo! _ no pude evitar un grito de desesperación_ porque todo me tiene que pasar a mí? ¿Es que nada puede ir bien por una vez? ¿Que he hecho yo para merecerte todo esto?Que me voy a poner?
_Por favor, no se preocupe por eso, dijo Sara_. Puedo prestarle algo.
_Gracias, Sara dijo_ Fernando.
Lo que pareció un principio un gesto de buena voluntad se vio enturbiado por la mirada que la belleza de hielo lanzo a Betty. Sin duda tramaba algo. Ambas se dieron media vuelta y salieron juntas.
Yo me encerré en el baño. Ya no podía soportarlo más.
Abrí el Grifo y decidí olvidarme de todo en el calor de una agua perfumada espumosa.
Cuando, hundida en la pena de aquel líquido reconfortante, comenzaba a sentirme huma