Llegué a casa de Betty, abrí mi regalo que estaba envuelto en papel decorado con rosas. Mi gran sorpresa fué que era un enorme cuadro con mi rostro plasmado sobre él. Ella realmente se esforzó en hacerlo, pensando en mi con cada pincelada. Me sentí realmente halagado con tal obsequio. La llene de besos, no solo en los labios, si no, en todo el cuerpo. La hice mía una gloriosa vez más. Después de hacer el amor nos metimos bajo las cobijas, abrazándonos, juntando nuestra piel al desnudo.- Betty ¿Te casarías conmigo cuando le diga a mis padres de lo nuestro? - Pregunté tan repentinamente.Ella me miró durante unos segundos y después sonrió feliz y entusiasmada - ¡Por supuesto que sí! Pero... - Su sonrisa se apagó - Tus padres no estarán de acuerdo -- Ya soy mayor y lo que ellos digan ya no importa. Es más, si nos casamos y ellos continúan sin aceptarlo pues nos vamos. Nos vamos lejos para no ser molestados -- Sería una locura. Pero si mi príncipe decide hacerlo, yo lo sigo sin dudar -
Giré su cuerpo con mis manos y la recargue sobre el escritorio, metí mis manos debajo de su falda hasta llegar a sus bragas y bajarlas un poco, solo por encima de sus muslos.- Thomas ¿Que haces? Nos van a escuchar -- Lo lamento princesa, pero no puedo aguantar hasta la noche para poseerte -Al verla ahí empinada, con sus nalgas resaltando no pude resistir más, bajé mi rostro hasta su intimidad y pasé mi lengua dónde no le da el sol. Ella tapó su boca con ambas manos para no dejar salir los quejidos de goce que emitía en su interior.Ya con su vagina bastante húmeda y lubricada, desabroché mi pantalón dejando salir mi miembro que ya palpitaba por la gran erección que tenía. Abrí sus piernas y me coloque en medio de ellas, introduje mi virilidad poco a poco dentro de ella mientras ella paraba su rabo dándome la bienvenida a su interior. Entraba y salía despacio, pero de un momento a otro mi sangre comenzó a fluír con fuerza, mi rostro hervía de fogosidad y mis ojos eran como flamas qu
Amarre varias sábanas en el poste de mi cama y salí cuan princesa de cuento de hadas, por la ventana. Corrí por las calles de Inglaterra, hasta llegar a la casa de mi amada Betty. Toqué la puerta con desesperación.- ¡Thomas! ¿Que haces aquí? - Preguntó mientras miraba a ambas direcciones y después me daba camino para entrar.- Betty, vine por tí. Vámonos, debemos irnos de aquí... - Me interrumpió.- No, Tom. Si huímos tus padres no se cansarán de buscarnos hasta separarnos para siempre -- Pero... ¿Entonces ya no quieres estar conmigo? - Dije acercándome a ella.La tomé de la cintura y puse mi rostro cerca del suyo, tan cerca que podía sentir su respiración.- Amor, claro que quiero estar contigo, pero no quiero que nos separen. Hay que esperar, tan solo un tiempo a qué lo asimilen. Cuando lo hagan, podremos casarnos -Suspiré y agaché la cabeza asintiendo - Tienes razón. Por más que me duela debo decir que es probable -- Yo te esperaré, aquí estaré hasta el día que tú vuelvas por m
Al entrar a mí habitación, estaban mis padres con rostros llenos de decepción. El silencio se rompió cuando mi madre comenzó a gritar - ¿Cómo te atreves a hacerme esto?... A-a hacernos esto a tu padre y a mi, nosotros que tanto te hemos protegido - Exclamó mi madre, su rostro estaba totalmente rojo por la furia. - ¿Yo? - Pregunté como si no supiese nada, levantando una ceja. - ¡Por favor, Thomas! No lo niegues, Terrence nos ha dicho que saliste desde hace horas - Claro, ya me habían descubierto gracias al chismoso mayor de Inglaterra ¿Que más podía hacer? ¿Negarlo? No, ya era tarde para excusarme. Mi madre ordenó estricta vigilancia hacia mí. Fuera de mi habitación se encontraba un guardia y dentro otro más. Mi desesperación había llegado a tal grado. - ¿Que acaso no tendré privacidad siquiera para ir al baño? - - Lo lamento hijo. Pero mientras sigas desobedeciendo, estás serán las nuevas reglas - Dijo William, mi padre - Después solucionaremos esto buscando a una chica de tu ed
Caminé hacia ellos empuñando aquella grande y pesada espada. No me detuve, jamás titubeé, ni siquiera parpadeé para no distraerme ni un segundo. Levanté sobre mis hombros la brillante hoja de metal atravesando a mis primeros dos adversarios por el pecho, mientras los demás volteaban atrás al escuchar los quejidos. Ambos cayeron al suelo heridos, jadeando, implorando por sus vidas.Dos más se acercaron a mi con malas intenciones, sacaron sus espadas e intentaron herirme sin importar quién fuese yo. Mala elección, yo era todo un maestro de la capoeira, mis rápidos y hábiles movimientos los confundían.Pateé a uno por debajo de sus piernas haciéndolo caer, me acerqué y apunté con la punta de la espada mirándolo fijamente a los ojos, su rostro tenía una expresión de miedo. Me temía, sabía lo que haría con él, solo le daría su merecido. Una voz entre cortada me interrumpió llamando mi atención.- ¿E-es usted... Príncipe? - Preguntó el sujeto a mis espaldas balbuceando. Podía sentir su mied
Me negué a irme sin ella, tenía que darle una despedida decente yo mismo. Llevamos el cuerpo de Betty a enterrar al cementerio familiar, no dimos aviso a mis padres sobre eso ya que sabía que se opondrían.Todo fue tan rápido, solo pude observar por un par de minutos su rostro angelical antes de que la metieran a la barata y sencilla caja de madera, sí, fue lo único que pudimos conseguir sin llamar la atención. No pude siquiera derramar una lágrima más, sentía una enorme presión en la cabeza y corazon, mis manos estaban frías y mis labios resecos.De vuelta al castillo, no voltee ni un instante a ver a mis padres, no quería verlos más, lo único que deseaba era irme lejos y no ser molestado nunca más, que no me encontrarán y yo no supiera de su existencia jamás en lo que me restaba de vida.Ellos sabían que había pasado en las profundidades del bosque, Terrence se los hizo saber. Pero solo me observaron, me vieron pasar a su lado en el pasillo y mi madre con el rostro lleno de lastima
Deje pasar una semana para comenzar con mi plan. Una vez que comencé a salir de casa, empecé a informarme en el colegio sobre los chicos malos que asistían, esos que regularmente se meten en problemas, fuman cigarrillos a escondidas, esconden alcohol e incluso consumen sustancias. Después de algunos días y de entrar un poco en confianza con ellos, les pedí un favor.- ¿Para dormir? -- Si, para dormir - Respondí en cogiendome de hombros.- Mmm... creí que ibas a pedir droga controlada -- No, solo quiero dormir bien. Después de... pasar por algunas cosas difíciles, me ha costado dormir bien -- Okey, te las doy en unos días - dijo el chico que me las iba a conseguir.Pasaron un par de días y me las entregó. Esa misma noche tomé un par de pastillas para dormir, solo eran solo para hacer dormir a mi familia. Molí las pastillas hasta hacerlas polvo y arrojé el contenido en el té. Sabía que todos lo beberían antes de ir a dormir, haciendo que cayeran en el más grande y profundo sueño.Esp
Unos días después ya todo estaba en marcha, los habitantes de Inglaterra decidiría quien sería su nuevo rey. Me encargue de que la gente votará por mi, los persuadí con regalos, despensas, dinero y más. Las mujeres jóvenes y una que otra madura estaban de mi lado, con tan solo una sonrisa ellas harían lo que fuera por mí y no es que yo quisiera volver a andar de seductor, pero en estos casos era realmente necesario.Y el día tan esperado llegó. Un día anterior la gente voto y pronto terminaría el conteo. Me encontraba caminando por los pasillos del castillo para llegar hasta el salón principal cuando escuché unos murmullos.- Madre por favor, no permitas que Thomas sea el próximo rey del país. Él no está bien - Habló Terrence.- Pero hijo, esa no es mi elección. El pueblo lo decidirá - Mencionó Phillipa.- Pues si el pueblo elige a Thomas, yo sé que será la perdición de Inglaterra. Quiero a mi hermano y en verdad lamento lo que le pasó, pero... Temo que tenga algo entre manos, no se p