Por fin, toda Inglaterra me pertenecía, tendría a todos a mi mando, nadie cometería un solo error, de eso me encargaría yo. A partir de mi era, ya no habrían matrimonios arreglados, ni en la realeza, mucho menos entre la gente del pueblo, todo aquel que quisiera hacer eso sería llevado a la cárcel, ahora todos estarían con la persona a la que en verdad amaba. Está nueva ley, entre otras se acatarían de ahora en adelante.
Aún seguía en el balcón, la gente pudo ver como se llevaban a mí madre y hermano con asombro, todos se miraban los unos a los otros. Giré para que me vieran y me asincere - Estás dos personas - Dije señalando a mis parientes - Han cometido traición ante su rey. Tal vez ustedes no lo sepan, pero hace unos meses ellos asesinaron a la que iba a ser su reina - La gente hizo una expresión - Junto a nuestro hijo, solo porque no aceptaban que yo estuviese con una mujer pobre -
Se escuchaba los murmullos - ¡¿cómo pudieron?! -
- ¿Eso es en serio? -
- ¡Que desgraciados! -
- No