17. Vuelta a la oficina
Llegué a casa en shock y me di una ducha caliente para intentar borrar todo lo que había pasado ese día.
Me costó mucho salir y cuando por fin lo logré me fui directa a la cama. Estaba tan mentalmente agotada que ni siquiera me costó dormirme.
Al día siguiente no fui al trabajo. Me quedé vagando por la casa pasando del sofá a la cama y de la cama al sofá. Ni siquiera podía pensar en lo que había pasado el día anterior. Estaba en un estado de neblina mental total.
Al día siguiente me desperté y me vestí de forma automática.
No fue hasta que llegué a las puertas del edificio cuando reaccioné ligeramente, entré corriendo, temerosa de encontrarme al señor de Luca por el camino y me encerré en mi despacho.
Sabía que mi cerebro estaba ignorando todo como si sólo hubiera sido una pesadilla y si me lo encontraba esa pequeña burbuja temporal se rompería.
Me puse a hacer mi trabajo para que las horas pasaran deprisa.
Toc toc, unos golpes en la puerta.
Mi corazón empezó a latir