Capítulo 831
Rodrigo, sosteniendo a Mateo con calma, se sentó en el sofá y jugueteaba con su hijo mientras decía: —El viejo ha muerto.

La expresión de Gabriela se quedó atónita por unos segundos: —¿El viejo ha muerto?

¿Qué viejo?

—Con el apellido Lozano.

Rodrigo habló con indiferencia, sin emoción en su tono.

Pero Gabriela se sorprendió.

Se dio cuenta de quién era el viejo al que se refería Rodrigo.

—¿Murió? ¿De enfermedad? —Gabriela sabía que Ricardo Lozano estaba enfermo.

Aunque la enfermedad era grave, siempre había sido tratada con buenos medicamentos. No debería haber muerto tan rápido...

—Murió de rabia —dijo Rodrigo mientras hablaba, sin mirarla, con una actitud relajada.

Gabriela parpadeó: —¿Fue culpa tuya que muriera?

—Tiene relación indirecta —dijo Rodrigo.

Gabriela se quedó sin palabras.

Sacó al niño de los brazos de Rodrigo, se lo entregó a Dalia y luego llevó a Rodrigo arriba.

Entraron a la habitación y Gabriela preguntó de inmediato: —¿Qué pasó?

Rodrigo se sentó en el borde de la cama
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