Al no ver a Estela, preguntó ansiosamente: —¿Dónde está Estela?
Gabriela, apoyando al conductor y tratando de mantener una expresión serena a pesar de su angustia, tenía el rostro pálido. Ella respondió: —La han secuestrado. ¡Debes encontrarla rápido!
Mientras sacaba su celular, Felipe preguntó: —¿Qué tipo de vehículo se la llevó? ¿Recuerdas la matrícula?
Gabriela contestó: —Era una camioneta negra sin matrícula.
El vehículo se veía nuevo, como si hubiera sido recientemente adquirido. Seguro habían utilizado un vehículo sin matrícula a propósito para cometer el crimen.
—Tenemos cámaras de seguridad por allá.
Señaló Gabriela hacia un lugar cercano.
—También llamé a la policía. Deberían poder ayudarte. Pueden revisar las cámaras de seguridad y así podrán localizar el vehículo, así quizá puedas encontrarlo un poco más rápido.
Felipe, con la vena de la mano palpitando mientras sostenía el celular, asintió: —Entendido.
Gabriela se disculpó: —Lo siento, esto ha sucedido por mi culpa, Estela