Alfredo dijo con firmeza: —Sí, ha perdido la memoria, es verdad, mamá, debes tratarla bien y enmendar los errores que cometiste antes.
La Señora Sánchez asintió con la cabeza repetidas veces, —lo haré, hoy en día tienes el control total de la familia Sánchez, y no tengo miedo de que la familia Sánchez sea arrebatada por otra persona. Ahora que tienes capaz, ciertamente espero que estés con la persona que amas.
Alfredo dijo: —Delante de ella, no mencionamos el pasado.
La señora Sánchez asintió: —Lo sé.
Aurora miró a los dos que se murmuraban.
El corazón se le heló.
Estos dos, no le tendieron una trampa a ella de nuevo, ¿verdad?
Por suerte, escuchó mucha información.
De lo contrario, no sabía si volvería a ser víctima.
Alfredo entró y la ayudó preparar las comidas.
Aurora le empujó: —Puedo hacerlo sin tu ayuda.
Alfredo dijo: —Acabas de venir a mi casa, ¿cómo voy a dejarte solo en la cocina?
Estaba preocupado: —No quiero que hagas esto...
—Ay, ni que fuera un trabajo pesado.— Aurora sonri