Sorprendentemente, la secretaria llevaba al cuello el juego de collares de diamantes que Rodrigo había pedido a Felipe que recogiera.
"Cristina, ¿qué estás haciendo?" Felipe frunció el ceño.
La secretaria se dio la vuelta sorprendida y vio a Felipe. Y ella estaba muy nerviosa.
No sabía qué hacer por el momento.
En el fondo de su mente, intentaba pensar qué decir para explicarlo.
Felipe entró y miró la caja de terciopelo rojo con todo un conjunto de joyas de diamantes, todo evidentemente movido, y no le costó mucho saber que la secretaria debía de haberlo movido.
"Este juego de joyas de diamantes, que vale mucho dinero, lo consiguió por casualidad el señor Lozano hace muchos años, y ha estado guardado en una caja fuerte en el banco, y me pidieron que lo sacara esta vez, además porque, se lo iban a regalar a Gabriela, así que ¿cómo te lo vas a poner?"
Felipe siempre había pensado en Cristina como una mujer competente y capaz.
¿Cómo pudo ser?...
Cristina explicó con calma, "Yo también soy