Capítulo 111
Rodrigo no se movió.

Gabriela abrió los ojos y parpadeó, "No vas a comer lo mío, ¿verdad?"

Antes de que Rodrigo pudiera responder, ella dijo, "La sopa que bebí tenía mi babas."

Rodrigo dijo, "No me importa que esté sucio."

Gabriela, "..."

Casi se quedaba boquiabierta.

¿Era el mismo Rodrigo que ella conocía?

¿Cuándo se volvió tan desvergonzado?

Aferró el cuenco, como si temiera que Rodrigo se lo arrebatara.

No es que temiera que se bebiera el cuenco de sopa, sino que, habiéndoselo bebido ella misma, le daba mucha vergüenza dárselo a Rodrigo.

¡No son tan buenos como para usar un cuenco!

"¿Te sonrojas?"

Rodrigo rió suavemente.

¿Y era tímida?

También era demasiado inocente.

Gabriela se frotó la cara y replicó, "¿Quién se ruboriza? Yo no, no seas ridícula."

Rodrigo tampoco discutió con ella y le dijo cariñosamente, "Si dices que no, no."

A Gabriela se le apretó el corazón y sus ojos se volvieron esquivos, sin atreverse a mirarle.

No sabía por qué estaba nerviosa, por qué era tímida.

Siempre
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