Elías Ferrer Brin
Conducía mi Mercedes hacia casa después de un día agotador, mi día había estado lleno de reuniones con personas que parecía no entendían mis instrucciones, se supone que son científicos. Aprieto el volante respirando profundo y recordando las infinitas veces que mi madre me ha pedido que les tenga paciencia.
De pronto al detenerme frente al semáforo rojo, veo como pequeñas gotas se estampan en el vidrio de mi auto, ha comenzado a llover. Bajo el vidrio de mi puerta solo un poco permitiendo que el olor a tierra mojada inunde mis fosas nasales, es uno de mis aromas favoritos, ese olor me calma cuando me siento ansioso.
Amo la lluvia, es el clima perfecto para leer, armar, investigar o jugar ajedrez. Piso el acelerador a fondo cuando éste se pone en verde. Estaciono mi auto frente a la puerta de mi casa, salgo y camino rápido para no empaparme, odio que mi móvil se moje.
—Buenas noches, cariño, ¿cómo te fue hoy? —escuchó la voz de mi madre, a mi espalda mientras camino directo a las escaleras, por lo que me detengo y me giro para verla.
Camino hacia ella, como todos los días pone su mejilla para que deposite un beso en ella.
—Buenas noches, mamá, todo estuvo bien, ¿cómo estás tú? ¿Dónde está papá?
Mi madre me mira siempre con amor, es la mujer más buena que conozco.
—Tu padre se está cambiando, tus tíos nos han invitado a cenar aprovechando que estarán solos, por cierto, tu primo llamó para invitarte a una fiesta, ¿Por qué no vas con ellos?
Alzó la ceja, ¿es en serio?
—La verdad preferiría acompañarlos a cenar, pero como has dicho que es una cena de parejas, prefiero quedarme en casa disfrutando de mi soledad.
—Hijo se que no tuviste una infancia fácil, terminaste la universidad a los catorce y acabas de terminar tu posdoctorado y ahora eres el presidente de NUBAK, es increíble todo lo que has logrado a tu corta edad, estoy muy orgullosa de ti pero también me encantaría que tuvieras amigos o una novia, una novia que te quiera igual o mucho más que yo.
Esbozo una sonrisa.
—Mamá, estoy seguro que nadie me querrá más que tú, eso es imposible.
Los ojos de mi madre se iluminan.
—Lo sé, pero algún día tal vez te enamorarás de una jovencita la cuál vas a amar más que a tu vida…
—Las mujeres no me interesan, mamá, pienso que son una pérdida de tiempo.
—Eso dices ahora Elías…
Beso a mi madre de nuevo en la mejilla.
—Te quiero, pero algunas veces te equivocas mamá, iré a bañarme, no quiero resfriarme.
Entro a mi habitación, me doy un baño caliente y me pongo la pijama, un pantalón de algodón gris y una playera ligera color blanco, me gustan los colores neutros. Sirvo un poco de whisky en un vaso, lo degusto lentamente, si hay algo que me agrada es el sabor de un buen whisky antes de dormir, y mientras juego una partida de ajedrez por computadora.
Me siento en la silla y me acomodo, pongo el vaso de liquido a un lado de la pantalla de mi computador mientras entró a la plataforma donde suelo jugar. Soy el número #1 en el ranking mundial virtual, sólo unos cuantos han estado a punto de ganarme pero nadie lo ha logrado. Aunque se que al final ganaré las partidas a veces me gusta entretenerme, haciéndole creer a mis oponentes que pueden ganarme y al final los derroto.
Miró a quien retare esta vez, hay un jugador que he estado monitoreando, ha subido hasta el puesto número seis en las últimas semanas, se conecta regularmente y su usuario es “King22”, “bueno King22 hoy estas de suerte por que serás derrotado por el mejor” pienso al mismo tiempo que le envío mi invitación. Él acepta de inmediato.
Dejó que me lleve la ventaja por unas cuantas partidas, analizo su estrategia y como se mueve, es un novato, justo cuando me aburro y planeo hacer un mate, un trueno cae retumbando las ventanas de la casa para después todo quedar en oscuridad.
—Maldita sea, se fue la electricidad —musito.
Pronto la planta de energía comienza a funcionar y no tarda ni diez segundos en regresar la electricidad, rápidamente reviso mi sesión por fortuna no se ha perdido, pero quedo atónito cuando descubro que King22 me ha ganado, le han cedido la mitad de mi puntaje y ahora él es el número uno del mundo.
No me preocupa, basta con que juguemos una revancha para recuperar mi puesto.
EFB: ¿Revancha? Tuve un problema eléctrico.
King22: No…
Alzo una ceja, no creyendo lo que ven mis ojos.
EFB: ¿Por qué no?
King22: Por que soy la número uno del mundo (emoji burlón)
Aprieto los dientes.
EFB: Eso no durará por mucho tiempo, hay otros jugadores mucho más avanzados que tú, vas a ir a regalarles los puntos así nada más.
King22: No, me quedaré con ellos 😉
¿Qué dice? Me quedó viendo la pantalla.
King22: Por cierto, entérate que has perdido contra una mujer.
EFB: Quiero la revancha.
Escribo de nuevo. Ella se desconecta. Aunque es un juego siento cierta molestia por el hecho de que no me ha querido conceder una revancha. Así que me lo tomó personal, King22 debe perder contra mí.
...
Los siguientes días cuando llegó del laboratorio me conecto, pero ella no está, veo que ha tenido partidas pero no ha perdido, la muy descarada sigue siendo la número uno del mundo, ese título me lo ha robado.
Al día siguiente llegó a mi oficina como todos los días. Dahiana entra enseguida de mí.
—Elias sólo quiero avisarte que las simulaciones que has pedido no se pueden tener de un día para otro, los programadores deben tener todos los datos de los investigadores para generar un algoritmo adecuado para que podamos publicar un resultado válido.
La miro, ella es una mujer que respeto, la conozco de toda mi vida, es amiga de la familia, pero eso no quita la mirada que le dirijo.
—Yo mismo hice una simulación con los cien mil datos que me enviaron sobre nuestros estudios de compatibilidad de tejidos.
Dahiana se acerca al escritorio dejando caer una de las palmas de sus manos sobre la madera.
—Tú, lo has dicho Elias, tú puedes, ellos no, así que no esperes esos resultados para hoy.
Chasqueo la lengua.
—¿Qué haré mientras? —la cuestiono con seriedad —ya he adelantado una semana todo mi trabajo solo estoy esperando esas simulaciones para interpretar los resultados.
—Deberías tener una novia que te distraiga, que te haga perder un poco el tiempo, si no fuera por que te conozco desde que naciste ya hubiera renunciado desde hace tiempo,
Nos miramos de manera retadora, luego recuerdo que en efecto si tengo algo que hacer.
—Esta bien, pero para mañana los quiero —sentencio.
Dahiana entorna los ojos —tres días mínimo, o si no le enviaré una carta firmada por todos los investigadores a tu madre para que te revoquen del puesto…
Sonrío con sorna —no lo harías.
—No me retes, muchachito…
Sale de mi oficina.
Enciendo mi laptop y me logueo en la plataforma de ajedrez, una sonrisa se dibuja en mi rostro al ver que King22 esta conectada. Le envío una invitación de juego y me rechaza. Aprieto los dientes, quien se cree que es, esta huyendo de mi por que sabe que no tiene posibilidad de ganar.
Le envío de nuevo una invitación, pero esta vez es rechazada por que ella esta en una partida con otro jugador. “¿Con ellos sí y conmigo no?” pienso con molestia. Entro como espectador a su juego. Es buena, ella gana. Le envió una invitación de juego y me rechaza, entra a una nueva partida, entro como espectador de nuevo… así unas cuatro veces más.
King22: ¿Vas a estar acosándome todo el día?
Recibo un mensaje privado.
EFB: Hasta que me des la revancha.
King22: Esta bien, tú ganas, fue bonito ser la número uno más de una semana.
Entramos a la partida.
EFB: Hagamos esto interesante, si tu ganas me pides lo que sea que este en mis posibilidades, si yo gano te pido algo que este en tus posibilidades, ¿Qué te parece?
King22: Esta bien.
Nunca antes había hablado por chat mientras jugaba en aquella plataforma. Ella me contó que se llamaba Abril, su familia le decía Abby, casualmente tenía veintidos años y cursaba el último año de la universidad.
Había algo en su manera de preguntar cosas sobre mí que me daba curiosidad, así que cuando estuve a punto de ganar la partida me di cuenta que ya no volveríamos a jugar, así que me deje ganar.
King22: ¿Cómo te quedo el ojo? Te gane!!!
EFB: Como lo prometí, pide lo que quieras.
King21: ¿Cómo qué?
EFB: Lo que sea, incluso dinero, si esta en mis posibilidades yo te lo daré, en eso quedamos.
King21: No quiero nada, estoy feliz de haberte conocido, soy una chica de gustos simples.
Agudice la mirada. Era la primera vez que no entendía a que se refería.
EFB: ¿A que te refieres?
King21: Me gusta jugar ajedrez para no aburrirme, me entretiene mucho.
EFB: ¿No hay algo que desees que pueda cumplirte?
Ella, Abby me intrigaba, estadísticamente nueve de cada diez jugadores de ajedrez son hombres y ella era demasiado buena, a pesar de no estar a mi nivel.
King21: Esta bien, si hay algo que quiero, que entrenes conmigo todos los días durante un mes, quiero ser tan buena jugando como tú.
De pronto y sin darme cuenta, una sonrisa se dibujo en mi rostro.
EFB: Esta bien, Abby seré tu maestro durante un mes.
King22: Por cierto, ¿cómo te llamas?
EFB: Elias...
De pronto sentí mucha vergüenza, al menos su usuario era mucho más original que el mío.
Con el pasar de los días, se me hizo costumbre jugar con Abby todos los días, ella era una chica muy inteligente, estaba estudiando medicina. Cuando por alguna razón durante el día no se conectaba me sentía raro, había descubierto que me gustaba escribirme con ella, era un sentimiento de comodidad que no podía describir. Unos días antes de que se cumplieran los treinta días que habíamos acordado le enseñaría a mejorar sus partidas, la preocupación por saber que después tal vez ya no hablaríamos comenzó a embargarme, me había acostumbrado muy fácil a saber de ella.
El último día acordado de nuestras partidas, le pedí que jugáramos después del trabajo. Había estado pensando en una manera para que ella siguiera jugando conmigo, era algo egoísta pero era la primera persona con la que no me sentía anormal.
EFB: ¿Quiero proponerte algo?
Escribí.
King22: ¿?
EFB: Si ganas esta partida puedes pedirme algo, pero si yo gano te pediré algo que quiero.
King22: Esta bien.
Esta vez ni si quiera le di tiempo de mover suficientes piezas, una apertura siciliana, movimiento torre, alfil y reina, mate. Gané.
King22: Felicidades, creo que aún necesito practicar mucho más para poder darte batalla, ¿ahora que es lo que pedirás?
EFB: Necesitas practicar más, para poder ganarme como se debe, quiero que juegues todos los días conmigo otro mes.
(Emoji de sorpresa)
King22: Bien, tú ganaste, ahora iré a dormir, sueña bonito.
“¿sueña bonito?” Un estremecimiento me recorrió el cuerpo centrándose en mi estómago, Me quedé mirando la pantalla un par de minutos después de que ella se desconectará, ¿Qué era lo que me estaba pasando?
Elías FerrerTenía que hacer algo, no podía sacar de mi mente esa sensación agradable que me envolvía cuando jugaba ajedrez con Abby, ella tenía algo que me relajaba, me intrigaba. Ella me transportaba a un mundo donde solo estaba yo y mi pantalla, pero sabía que al otro lado de ella había una mujer muy inteligente y con temas interesantes para conversar. A veces me descubría en la oficina pensando en cómo será ella, que aspecto tendrá, me intrigaba mucho saberlo. No era un tonto, al contrario, soy un hombre y biológicamente estoy creado para que me atraigan las mujeres por qué uno de los objetivos con los que la naturaleza a creado al ser humano es para que cumplan con el ciclo de la vida y uno de ellos es procrear.De solo pensar en esa palabra toda mi piel se eriza, ¿Cómo será ella? Me repito en la mente.Pasan de las tres y no tengo señales de Abby, ella no se ha conectado durante toda la mañana lo que es raro, ¿estará ocupada? Me preguntó, me guardo una nota mental, debo pedirle
Abril LaraLos días anteriores a este habían sido difíciles para mí, en medio de una crisis emocional, mis padres decidieron que debía cambiar de terapeuta físico por tercera vez, en realidad nadie podía decirme que era lo que me pasaba, dos años atrás era una joven sana, era alegre, tenía amigos, un novio al que amaba con toda mi alma, estudiaba la carrera con la que había soñado desde niña, quería ser doctora. Solo recuerdo que esa noche antes de dormir, comencé a sentir un hormigueo en todo mi cuerpo, especialmente en mis piernas y brazos. A la mañana siguiente no sabía lo que pasaba, mis piernas no respondían, caí al suelo. Grite fuerte pidiendo ayuda. Los doctores me diagnosticaron una enfermedad rara que solo le pasaba a uno de cada cien mil personas en el mundo, era un tipo de atrofia que estaba ligada a mi sistema nervioso. Los doctores dijeron que tenía muchas esperanzas de volver a caminar, la mayoría caminaba después de un año o un año y medio siguiendo todas las indicacion
Abril LaraAbrí mis ojos con la sensación de querer ir al baño, rápidamente y como pude me senté en la cama, respiré profundo, no era fácil para mi poder controlar mis enormes ganas por hacer pipí. Me puse de pie rezando porque mis piernas no me fallaran, me senté en la silla de ruedas y después de varias maniobradas con mi cuerpo y pensamientos de agradecimiento a mi padre por haber puesto todos esos pasamanos para que pudiera ir al baño sin tener que estarlos despertando, al fin salí del baño sintiendo gran alivio en mi cuerpo.Miré el reloj de mi mesita contigua a la cama, apenas eran las 11:30 de la noche, era entre comillas temprano, ya que llegué a pensar que era de madrugada. Miré el computador, un leve cosquilleo apareció en mi cuerpo.Antes ni si quiera hubiera imaginado que mi pasatiempo favorito se convertiría en jugar ajedrez en línea. Al principio lo hacia para distraer mis pensamientos, para no dejar que la tristeza por ver que la rehabilitación y mis tratamientos no dab
Elias Ferrer—¡Elías… Elías…! —la voz de mi padre me sacó de mis pensamientos, lo miré.—No escuché lo que estabas diciendo papá, lo siento —me excusé tratando de volver a tomar el tenedor.Era de mañana, la sensación de confusión, decepción y tristeza no me dejaron dormir por la noche, mis ojos estaban rojos. Le envíe varios mensajes y llamada a Abby, explicándole que fuera el hijo del ex presidente no me hacía otra persona, de hecho siempre consideré que mis padres vivían de manera mucho más sencilla que lo que vivían otros ex presidentes del país, ellos no eran del tipo de personas que les gustará presumir sus bienes y eso me enseñaron desde que era un niño.¿Era mi físico? No lo sabía, pero tampoco ella me había respondido ese cuestionamiento, simplemente ya no me respondió, eso me tenía de mal humor, porque no respondía un maldito mensaje diciéndome por que corto la comunicación en cuanto me vio.No entendía que pasaba y eso me trastornaba, no me gustaba entender a las personas,
Capítulo 6Abril LaraHoy me sentía fatal, miraba a papá mientras desayunábamos, él comía muy rápido porque su jefe ya le había advertido que una falta más y lo despediría. Exhalé sin ánimo, peor suerte no pude haber tenido, resulto que el jefe de mi padre es el chico con el que estuve jugando ajedrez en línea todo los días durante dos meses. ¡Aún no lo creía!Estaba en una encrucijada, me gustaba platicar con Elías, muchas veces en mis días negros fue quien me saco una sonrisa a través de la pantalla. Pero también estaba papá, no podía dejar que Elías supiera que era la hija de uno de sus empleados, además de la razón por la que estuvo a punto de despedirlo, sumándole a todo eso yo no le había contado que estaba en silla de ruedas y por la insistencia en sus mensajes me estaba dando cuenta que le había lastimado el corazón, todo eso me hacía sentir como la persona más cruel y ruin de todo el mundo.—¿Qué tienes hija? Desde hace rato te notó cabizbaja —me preguntó mamá una vez que pa
Elías Ferrer Después del mensaje de Abril, aunque lo intenté no pude concentrarme, no se que me estaba pasando, era algo que me mantenía inquieto en todo momento. Ella me tenía así. Entre a la plataforma de ajedrez en línea, no estaba conectada, no respondía llamadas ni mensajes. No podía con la idea de que todo terminara aquí. Me llevé las manos al rostro. Por mi mente apareció un pensamiento que quise omitir, miré el computador, no… Elías… no está bien lo que estás pensando. Me regañe, tan fácil que era para mí hackear su red y saber dónde estaba, yo no era una persona mala o mal intencionada, solo quería comprender por qué ese mensaje, por qué me decía que era ella la razón de que ya no quisiera tener contacto conmigo. Pero no podía quedarme sin una respuesta. La ansiedad me estaba consumiendo, llamé a uno de mis primos para quedar a almorzar, con el que mejor me llevaba, tal vez él podría darme un consejo sobre qué hacer en mi situación, él era mucho más experimentado en eso. L
Elías FerrerSu mirada quedó impresa en mi cerebro, mis labios se entreabrieron al mismo tiempo que mi corazón comenzó a latir con fuerza. ¿Era ella? Estaba en silla de ruedas, nunca comento ese detalle. No entendía, tenía que ser ella no había nadie más en esta tienda.—S… ¿Se le ofrece algo? —pregunta, agudizó mi mirada mientras analizo sus reacciones, está nerviosa y puedo notarlo en su voz.—Buenas tardes, busco a alguien… —le digo al mismo tiempo que busco algún gafete o algo que me dé información sobre ella.—¿A quién? —pregunta—Una joven, Abril se llama, le dicen Abby ¿Está aquí? —respondo con seriedad.En ese momento la puerta al final del pasillo se abre, una mujer joven sale de ahí, no creo que sea ella, tendrá cerca de los treinta, Abby dijo que tenía 22 como está chica en silla de ruedas, la miro de nuevo, ella tiene algo que… trago saliva, su mirada es hipnotizante, sus ojos son grandes, y sus labios pequeños y delgados , sus facciones son delicadas. Su cabello castaño c
Abril LaraEl silencio en la florería reino por unos instantes, mis manos estaban frías, había tenido el rostro de Elías a unos escasos centímetros del mío. Todo mi cuerpo se había estremecido y no estaba muy segura de que me hubiera creído, soy tan mala mintiendo.Pero, de todos modos, no se como es que supo que estaba aquí por que claramente me estaba buscando a mí. Tal vez contrato a alguien o que se yo, su familia tiene mucho poder y dinero, eso lo se por que es el director del laboratorio donde trabaja mi padre, por lo que ruego con toda mi alma que no me reconozca, no quiero que papá cargue con las consecuencias de haberme topado con su jefe.Él no tiene la culpa de que yo le haya mentido, podría despedirlo si esta molesto y yo se que el trabajo es muy importante para papá.Mi tía se acerca hasta donde estoy.—¿No encontró lo que buscaba ese joven? —preguntó mi tía.Niego.—Estaba buscando a alguien, pero le dije que aquí no se encontraba, que sólo estamos tú y yo.Mi tía me mir