CAP 8

Anís.

Me despierto temprano como siempre me siento de la cama y me tallo los ojos escucho un movimiento a mi lado me volteó rápidamente y me doy cuenta de que Drados que está dormido, me colocó la ropa antes de que me vea y voy a tomar un poco de sol, escucho la puerta del cobertizo y sé que es Dragos no necesito voltear, inhalo y exhalo para no enojarme con él ya que él ha sido muy amable conmigo y me ha permitido estar en su casa, me ha comprado ropa, me da de comer y prometio ayudarme con lo que sea

-Buenos días Anís.

-Buenos días Dragos.

-Podemos hablar de lo que pasó anoche.

-No tengo nada de que hablar solo me moleste, no me gusta que me digan que hacer y que no puedo hacer y lo que más me molestó fue que me quisistes imponer una nana, no tengo 4 años Dragos.

Volteo a verlo y le doy una mirada molesta, creo que estoy haciendo la misma mirada que hacía mi madre cuando hacíamos algo malo, Dragos baja la mirada y es increíble que el siendo más grande que yo y fuerte lo intimido con una mirada, muy apenas le llegó al hombro volteo así al frente y me concentro en el pequeño estanque que tiene pequeños peces y renacuajos que nadan tranquilamente.

-Lo siento no fue mi intención, no lo sabía disculpame pero es en serio no quiero que te pase nada en el bosque.

-Ya te dije me puedo cuidar yo sola.

-Sí lo sé, iré a ver si ya está listo el desayuno.

Escucho como Dragos se aleja y después la puerta de la casa es cuando por fin puedo dar un suspiro, no me gusta hablarle así pero odio esto, no puedo esperar para esta noche e invocar a otso y poderme ir, será lo mejor ya que estos sentimientos que tengo por Dragos no son correctos, tengo el deseo de estar a su lado pero no solo para obtener su semilla sino para pasar mi vida junto a él y eso es una grave falta para una bruja elemental.

Después de unos momentos me levanto y me dirijo a la cocina, saludo a las dos señoras y el pequeño niño, voy al comedor donde ya están los novatos y Dragos comiendo, me siento en el único lugar disponible y como en silencio, siento la mirada de Dragos sobre mí pero no le doy importancia, no estoy molesta con el pero creo que ya debo de mantener un poco de distancia, al terminar mi desayuno me levanto y decidí ir a la biblioteca para terminar la enciclopedia que empecé, ya solo me falta un libro y la verdad me ha servido mucho conozco ya demasiadas cosas y creo que es suficiente para poder valerme por mí misma y separarme de Dragos ya que lo que siento por él es muy intenso, deseo estar a su lado para siempre y no puedo permitirme eso, me concentro en el libro y escucho que la puerta se abra es Dragos.

-Porque no te sientas en los sillones al leer.

-No le veo mucha diferencia lo que quiero es leer el libro no reposar mi cuerpo.

-Qué más necesitas aparte de la madera para imbocar a otso.

-Necesito una ofrenda y será un venado adulto, quiero ir de casa antes de que caiga sol.

-Sabes casa.

-Ya te dije Dragos hay muchas cosas que no sabes de mí.

Vuelvo a enfocar mi atención en el libro, Dragos se levanta el sillón y se siente enfrente de mi se recarga en el librero, me mira directamente a la cara, se queda fijamente viendo cada detalle de mi, siento como mis mejillas arde ligeramente así que bajó la mirada y me concentro de nuevo en el libro pero siento como me toma de los hombros y me jala hacia, Dragos me da un abrazo qué no sé cómo responder.

-Quieres que te acompañe a cazar.

-No debo de hacerlo sola.

-Está bien.

Dragos me suelta y retomó la lectura, siento como la temperatura de mi cuerpo ha subido, intento disimular que no tengo nada pero sigo sintiendo la mirada de Dragos sobre mí, porque no se va a su oficina y me deja sola para mi mala suerte Dragos no se va y permanece cerca de mí todo el día hasta que el sol comienza a caer, me pongo un vestido blanco y ligero y me dirijo al bosque, Dragos cumple con su palabra y se queda esperándome enfrente de la casa, aunque la última vez que lo miré tenía una mirada preocupante en sus ojos, eso será lo que más extrañe de él cuando me vaya su mirada tiene unos hermosos ojos qué hacen que mi corazón lata aunque no esté conmigo, invoco mi armadura qué es  solo una capa de hielo que se forma sobre mi cuerpo y una máscara en mis ojos, invoco mi arco de hielo y camino por el bosque hasta que miro un gran venado se ve tan puro inocente y en verdad me da pena lo que voy a hacer, preparo el arco hago la flecha con hielo y detengo la respiración suelto ambos, el venado es atravesado y su cuerpo se congela voy hasta el venado me arrodillo enfrente de y comienzo a rezar y pedir perdón a la diosa de la naturaleza Cuonnotar por arevatarle la vida a uno de sus hijos y agradezco a la diosa de la caza Nyyrikki por bendecirme por tan buena ofrenda qué le haré a los Dioses del bosque Tapio y Mielikki, tomo el venado y lo colocó sobre mis hombros, está pesado pero lo llevo por mi propia cuenta, camino hasta llegar a casa apenas puedo arrodillarme y dejar con cuidado el venado sobre la hierba, siento como alguien me toca el hombre es Dragos que me extienden un vaso de agua, lo bebo y doy un suspiro para mirar al cielo.

-Gracias.

-No puedo creer allas cargado ese venado tu sola debe de pesar unos 20 kg.

-Te sorprenderías.

-Sí todos los días qué pasó a tu lado me sorprendes con algo nuevo.

Dragos me da una dulce mirada y no puedo evitar sentir una calidez en mi cuerpo, el sol por fin ha caído y su contraparte la luna ha salido comienzo a colocar las ramas de roble blanco en un círculo para hacer una fogata que tenga un hueco en el medio, muelo una rama hasta conseguir mucha viruta que dejó en el medio prendo fuego y comienzo a recitar las palabras en mi idioma natal.

-Invoco a Antero Vipunen gigante que descansa en los bosques conocedor y protector de la sabiduría y de la magia ancestral, te invoco hoy ante la diosa luna y pedirte ayuda a que traigas a mi animal espiritual otso, te ofrezco este hijo de la madre Cuonnotar cómo ofrenda para que lo traigas de nuevo al mundo de los vivos.

Tomo el venado y lo aviento en el centro de la fogata, espero unos minutos a que realmente acepte la ofrenda, el fuego se torna de un azul muy intenso y la llamo aumenta hasta elevarse y tomar una altura considerable, en el fuego se forman claramente dos ojos y una sonrisa de felicidad llena de dientes, conozco esa mirada escucho como los árboles comienzan a tronar y veo como muchas sombras se deslizan por la hierba y se meten a la fogata sofocando la en su totalidad, espero unos cuantos minutos y me acerco a las cenizas, miro como un pequeño bulto se comienza a mover y a tomar forma de un pequeño venado, meto las manos dentro de los troncos quemados para tomarlo entre mis brazos y darle un abrazo.

-Hay osto te extrañé tanto.

*Yo también Anís.

Escucho su voz en mi mente cómo lo hacía antes  pero me extrañas escuchar su voz un poco más grave supongo que él también ha crecido ya que estamos conectados, lo suelto y Dragos se acerca  se queda viendo muy extrañado a otso.

-Este es tu animal espiritual debo admitir que me siento un poco decepcionado pensé que iba a hacer algo no sé más grande, más feroz e intimidante.

Otso camina un par de veces a su alrededor y lo mira de pies a cabeza, acerca su cabeza a la mano de Dragos, la fruta un par de veces para después morderlo.

-¡No osto!

Veo como Dragos se observa la mordida y parece que le dejo plantados los colmillos y me mira sorprendido y señala a otso.

-Eso tiene colmillos.

-Si tiene colmillos, come de todo, es muy sensible y puede entender perfectamente lo que le estás diciendo.

-Me hubieras dicho eso antes de empezar a hablar.

Dragos me sususra eso y a mí me produce gracia, miro a otso ya tengo todo lo que necesitaba para poder irme de aquí tranquilamente y con el dolor que siento en mi cuerpo miro a Dragos, en verdad me cuesta lo que voy a hacer pero es lo más correcto.

-Bueno te doy las gracias por todo lo que hiciste por mí Dragos, por liberarme, darme asilo, alimento y vestime pero creo que es hora de irme.

Al decir esas palabras el rostro de Dragos cae muy rápidamente.

-No te tienes que irte, pues quedarte el tiempo que quieras.

Alzó la mano para detenerlo.

-Lo siento pero tengo que buscar al alfa de la  manada, él tiene algo que es mío, necesito encontrarlo con urgencia.

-Pero no sabes dónde está yo te puedo ayudar a localizarlo pero por favor no te vayas.

-Lo siento Dragos, otso vámonos.

Otso mira detenidamente a Dragos y se sienta a su lado.

*Este lugar nos pertenece, no nos iremos a ningún lado, él también es parte de nosotros.

-¡Que!

Como que se me acaban de revolver un poco las ideas con lo que cabe decir otso.

-Otso creo que te afectó el sueño tan largo que tuviste, si escuchastes lo que dijistes.

*Sí me escuché pero como tú guía espiritual te digo que te tienes que quedar aquí.

-No quiero.

Dragos interrumpen la plática y se escucha muy preocupado.

-No te tienes que ir puedes quedarte todo lo que quieras.

-No Dragos debo de irme, debo de encontrar al alfa  que me tenía prisionera.

-Porque tienes tanta insistencia de ir a buscarlo.

-¡Porque tiene mi corazón!

Dragos deja de hablar y siento que todo se ha quedado en un silencio muy incómodo, se pasa la mano por el cabello y da un suspira.

-Te enamoraste de él.

-Que, no literalmente tiene mi corazón, Dragos una bruja elemental al alcanzar cierta habilidad de magia su corazón sale de su cuerpo en una pequeña esfera, yo decidí poner la mía en un collar y dársela al único miembro de mi familia que no tenía magia que era mi hermana mayor, el alfa de la manada en aquel entonces fue en busca de nuestra ayuda, se la negamos ya que su petición llevaba a derramar demasiada sangre inocente, el fingido comprender y engatuso a mi hermana que le revelo cosas de nosotros que un mortal no debe de conocer, una noche la convenció de huir con él pero solo fue un engaño le arrebato mi corazón y la utilizo como escudo para poder entrar a la aldea si que nadien lo dañara, me amenazó con matar a mi familia y después a mi o dejarlos vivir e ir con el y ya sabes mi respuesta, es por eso que debo de buscarlo necesito mi corazón, tú no sabes lo que se siente estar muerto por dentro, no tener ni siquiera pulso.

Siento como una tristeza se apodera de mi y un dolor invade mi pecho a pesar de que no tengo un corazón qué lata.

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