Collin*
Collin no pegó un ojo en toda la noche. Las palabras, las revelaciones… todo giraba en su mente como un torbellino.
Algo dentro de ella suplicaba que fuera mentira. Pero su instinto decía lo contrario.
Necesitaba respuestas.
Necesitaba mirar a sus padres a los ojos y preguntar.
La incertidumbre dolía como una hoja afilada.
Suspirando, se levantó. Liam no estaba en la cama. Probablemente ya se encontraba en la aldea.
Collin se ajustó la fina camisola sobre el cuerpo y caminó hasta la bañera. El agua aún estaba tibia.
Al pasar frente al espejo, se detuvo.
Su reflejo le devolvió la mirada. Su cuerpo desnudo, marcado.
Las heridas del combate contra el lupino seguían allí. Los moretones violáceos en el abdomen eran prueba de lo que había enfrentado.
Tocó su piel con los dedos temblorosos. Buscaba algo que no sabía nombrar.
Entonces, sin aviso, la puerta del baño se abrió.
Liam entró.
Sin camisa, sudado, el pecho subiendo y bajando con ritmo constante.
El impacto la golpeó como un p