Capítulo 31

Emerson no pudo darse cuenta cuándo se acercó a la humana.

Sus propios dedos se clavaron en la cintura de su mate y sus garras casi perforaron su suave piel.

Solo pudo darse cuenta de lo que hacía, cuando la mujer habló:

—Me haces daño—susurró Kary entre lágrimas.

Su agarre se aflojó de inmediato, pero sus ojos no se apartaron de los de ella.

—Pueden retirarse, iré dentro de unos minutos a discutir este tema.

Jareik tenía una expresión bastante compungida en el rostro, mientras que Joss solo miraba el suelo.

—Alfa…

—No me hagas repetirlo dos veces, beta y segundo al mando, Jareik.

Ambos soldados hicieron un asentimiento y se retiraron así de rápido como llegaron.

Hubo un silencio sepulcral.

—Ellos no pararán ¿Verdad?—Kary preguntó con temblores.

La mujer miró la cara del hombre quien le había mostrado las puertas del paraíso. Esperó a qué le diera una respuesta diferente o que dijera que es una mentira, una broma burda y vulgar de los soldados, pero eso jamás pasó. El hombro lobo no
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