“Ese puesto... ¡¿será eliminado?!”.
El corazón de Kenny latió con fuerza al escuchar esas palabras, y enseguida insistió: “¡Por favor, jefe! ¡Estamos hablando de un ministerio entero que se encarga del desarrollo cultural de toda la provincia! ¡¿Y dice que un puesto simplemente desapareció?!”.
El hombre al otro lado suspiró. “En realidad, es precisamente por ser tan grande que necesita una optimización. No puedo hacer nada al respecto”.
Claramente reacio a seguir hablando del asunto, agregó: “Lo siento mucho, pero no hay necesidad de apresurarse. Quédate en la Asociación de Caligrafía y Pintura un tiempo y te avisaré enseguida si surgen nuevas oportunidades”.
Kenny era lo suficientemente astuto como para leer entre líneas, y aunque abatido, respondió educadamente: “Sí, señor. Gracias por informarme… y mantenme al tanto de cualquier novedad”.
“No hay problema”. El hombre asintió de inmediato. “Oh, tengo que colgar. Hablemos de nuevo pronto”.
“Sí. Nos vemos, señor”.
“Nos vemos”.