Luna Walsh es una joven universitaria que trata salir adelante prácticamente sola, puesto que su madre está enferma y no es mucho lo que le queda de vida producto de un cáncer fulminante. Pero para ella no es todo tan malo si tiene a su novio a su lado. Sin embargo, todo se le pone cuesta arriba cuando su novio la deja, su madre muere y está a punto de perder la casa que su madre hipotecó para pagar sus estudios. Sola, sin tener a nadie a quien recurrir, se topa con el anuncio en un diario electrónico que le llama la atención y decide que para no perder su único bien, está dispuesta a todo. Así es como conoce a Jack Gosling, un importante empresario del país, quien busca una mujer que alquile su vientre para tener un heredero a través de inseminación artificial, porque las relaciones no son lo suyo. Arisco, frío, calculador y hasta cruel, se encontrará con Luna, quien es todo lo opuesto, a pesar de las cosas que le suceden. Querrá protegerla y apoyarla en todo, con tal de que le dé a su heredero… hasta que una verdad sale a la luz y ahora querrá poseerla por razones muy diferentes. ¿Logrará su cometido al tiempo que cobra venganza y se enamora de una mujer opuesta a él?
Ler maisLuna camina rápidamente a través de la lluvia, tratando de cubrirse con el paraguas viejo de su abuela, pero no tiene sentido. El clima en Seattle es fatal y por más que intente cubrirse, está empapada de pies a cabeza.
Corre al porche de su casa, el que le da mucha más protección, y entra a su casa. Al hacerlo siente tanto o más frío que a fuera porque no ha logrado hacer funcionar la calefacción antes de irse, seguro se dañó y no tiene cómo pagar la reparación. Aun así, corre para ver a su madre enferma.
Desde los cinco años Luna vive sólo con ella, su padre murió en un accidente de tránsito y por quince años las dos debieron arreglarse como pudieron. Pero desde hace siete meses ella debió tomar el lugar de su madre en la cafetería donde trabajaba como mesera, porque le detectaron cáncer de útero que ha hecho metástasis y la mantiene postrada en cama.
Debido a eso debieron hipotecar la casa para pagar lo que queda de sus estudios de cocina internacional y también para pagar parte del tratamiento paliativo. Pero las últimas semanas nada ha sido suficiente para calmar sus dolores, por lo que Luna sólo aprovecha los momentos que tiene con ella al máximo, porque sabe que en cualquier momento su madre partirá.
Al abrir la puerta de la habitación se encuentra a su madre dormida, por lo que decide bajar de regreso para preparar la cena, en el camino pasa a su cuarto para quitarse la ropa mojada, se hace una coleta alta y corre para cocinar algo delicioso y que su madre pueda tolerar.
—Ya verás, mami, te encantará esta comida —dice con optimismo.
Mientras prepara la comida, sueña en cómo le gustaría tener su propio restaurante, ser una mejor jefa que la suya y dar más empleo a chicos jóvenes que están pasando por algo similar a ella. Al terminar la cena, deja todo en una bandeja junto a una flor y va con su madre.
Al ver que sigue dormida, deja la bandeja sobre la cómoda y se acerca para despertarla. Cuando lo hace, su madre no reacciona como suele hacerlo.
—¿Madre? —vuelve a moverla, pero la mujer no reacciona. Luna le toca la frente y se asusta al ver que está fría—. ¡Madre!
La mueve insistentemente, pero la mujer no reacciona, las lágrimas corren por su rostro sin control en lo que sus dedos marcan a emergencias con un temor que antes no había sentido. Unos minutos después llega un equipo médico, Luna se queda allí esperando a que hagan algo, que se la lleven de una vez al hospital, que la hagan reaccionar… pero en lugar de eso uno de los paramédicos se voltea para verla con expresión triste.
—Lo siento, señorita, su madre ha muerto.
Un grito desgarrador sale de lo más profundo de su pecho, siente que su corazón se desgarra al saber que su madre, su única familia, ha muerto.
—¡No, ella no! ¡Madreee! —intenta correr hacia ella para abrazarla, para besar su rostro delicado, frío y pálido, pero no se lo permiten.
Su madre ha muerto sola, ni siquiera pudo despedirse y ahora no le permiten que se acerque a ella para un último adiós.
Una de las chicas la saca de allí y le dice que debe esperar a que llegue la policía. Luna se siente confundida y destrozada al mismo tiempo, por la mañana se despidió de ella, la vio débil como cada día, pero aun así la despidió con una dulce sonrisa y le deseó un buen día.
En un momento de tormentosa calma llama a la única persona que le va quedando en el mundo, su dulce novio. Pero por más que le llama y le envía mensajes, no responde, por lo que asume que debe estar trabajando.
John, al igual que ella, también estudia y debe trabajar a veces hasta doble turno para pagar sus estudios, en su caso no tiene padres que lo ayuden desde hace muchos años. Ahora sólo puede pensar en lo mucho que lo necesita, siente que su mundo se ha fracturado. Tiene la sensación de que el suelo se ha abierto bajo sus pies y está cayendo en un espiral de dolor que no sabe si podrá superar.
Dos horas después, luego de que realizan todos los peritajes del caso, se llevan el cuerpo de su madre y le dicen que ya por la mañana podrá hacer los arreglos funerarios. Los paramédicos la miran con lástima, una chica tan joven, frágil y dulce no se merece pasar por eso, al menos eso es lo que ellos ven.
Cuando se queda sola en la casa, no puede evitar ir al cuarto de su madre, toma la cobija de lana que le abrigada los pies sobre el edredón y se lo lleva a su cuarto, pensando que así es como podrá ella tener algo de calor, pero esa primera noche en absoluta soledad para Luna será de las más frías de su vida.
Se mete a la cama luego de una ducha en donde lloró para sacarse el dolor y se abraza a la cobija, en donde deja salir todo el llanto que hay en su interior una vez más.
Ha perdido a su madre y todo lo que eso significa. Ha quedado sola, sin más que su novio y su amiga, con quienes no puede contar ahora porque están en sus trabajos. Su corazón sufre por eso, sus lágrimas le queman los ojos, pero no puede dejar de llorar.
Casi al amanecer logra calmarse un poco, pero en lugar de dormir decide levantarse y enfrentarse a su realidad en la morgue, pero su mundo comienza a temblar cuando un mensaje escueto de su novio, pero que le advierte lo que puede pasar cuando se vean.
«Luna, tenemos que hablar.»
Tres hermosos y caóticos meses habían pasado desde que Helina había llegado a la vida de Jack y Luna, tiempo suficiente para ponerlos de cabeza, pero nada que un niño no haga la vida de sus padres.En el segundo piso, en uno de los cuartos de la casa, Luna se mira al espejo y siente como si estuviese en un sueño. Bernadette le ofreció amablemente su vestido de novia, el que pensó guardar para sus hijas, pero como no las tuvo, las tenía para sus nueras. Sin embargo, Luna se merecía muchísimo más el poder usar una pieza tan majestuosa.—No puedo creer que te casaras con este vestido… ¡Es precioso! —dice la joven emocionada.—¿Verdad que sí? Y tú te ves como una princesa, cuando Jack te vea acercarse a él va a querer morirse.—Pues más le vale que no lo haga, porque si no va a estar en serios problemas —Bernadette y Beverly se ríen de Luna por la cara de ogro que pone.Cada vez los papeles en la pareja se invierten más, el Jack que todos conocimos al inicio se ha ido a alguna parte y sal
A pesar de toda la maldad que habían sufrido por parte de Sabrina, Jack sentía cierta tristeza. Y es que la parte más difícil para él fue tener que ubicar a John y decirle lo que había sucedido. Fue la propia Bernadette quien envió un jet para que lo recogiera y pudiera llevarlo directo hacia Seattle para poder despedirse de su madre.A pesar de lo ocurrido entre ellos en el pasado, Luna no pudo evitar sentir tristeza al ver la desolación del joven. Su madre había tomado malas decisiones en la vida y ahora se había quedado solo.O eso es lo que él creía.En todo momento, Jack estuvo a su lado, muchas veces lo abrazó como un hermano mayor consolando a su hermano menor, pasando una mano por sus hombros y diciéndole que en algún momento ese dolor iba a pasar.Al momento de cremar a Sabrina, Jack fue su fortaleza en todo momento y Luna se sintió orgullosa de su hombre, porque se notaba que había dejado atrás todos los rencores que sentía hacia su hermano.Jason lo invitó a quedarse en la
Para Luna despertarse y ver a Jack a su lado, tomado de su mano, fue el milagro y el alivio más grande que pudo sentir. Su corazón se había fraccionado en miles de pedazos al ver la noticia que lo daba por muerto.Tras pedirle perdón por pedirle el helado, Jack la mandó a la cama y pidieron que llegara un doctor para ver cómo estaba su mujer.A Jack le hicieron estudios para ver el golpe en la cabeza y tras determinar que no tenía nada, lo sacaron de allí discretamente, pero siempre hay alguien que abre la boca, por lo que la noticia de que Jack Gosling no estaba muerto se regó como pólvora por todos lados.A pesar de lo ocurrido, Jack ahora está listo para salir porque debe resolver algunos asuntos en la empresa, con la promesa de cuidarse, así que Luna no le pone muchas objeciones para hacerlo.Lo que Jack no sabe es que el Luna ha solicitado tres vehículos que acompañarán al de Jack hasta la empresa y que cuatro hombres estarán junto a él en todo momento, porque, por supuesto, no d
—¡Ayúdenme! —pide con desesperación Thomas mientras trata de mantener a Luna entre sus brazos para que no caiga al suelo.Los hombres de seguridad llegan para ayudarlo y entre los tres llevan a Luna al sofá. En la sala ya están Elyan y Bernadette totalmente sumidos en la angustia por lo ocurrido, al ver a Luna en esas condiciones, su padre llama a emergencias y corre a su lado.—¿Cómo se enteró? —pregunta acomodando su cabeza.—Vio la televisión, señor —responde el hombre de seguridad—. El señor Gosling salió solo, porque sólo iba a comprar un helado para la señorita, estoy pidiendo ahora todas las cámaras que lo rastreen y saber cómo es que su auto terminó en esas condiciones.—Ante cualquier cosa, arréglenlo con mi esposa, ella se hará cargo de esto.—Sí, s
Vivir con los Rochester es bastante sencillo para Jack, si ignora el hecho de que son demasiado cariñosos, no sólo con Luna, sino que también con él. Y si ambos ya tenían algunas cosas compradas para la bebé, ellos ya tenían de todo, incluso cosas que no iban a necesitar hasta para cuando caminara.—Beverly, son terribles, ¡exageran todo! —le dice en un susurro mientras están solas en el jardín.—¡Jajajaja! Y eso que no has ido a ver nuestra casa, Zeus lloró desconsolado porque le quitaron la oportunidad de ir él mismo a comprarle las cosas a nuestro Apolo.—¡Exageran todo! —repite Luna y una voz amable les pregunta.—¿Quiénes exageran todo? —Bernadette llega con ellas y se sienta en medio de las hermanas—. Supongo que no están hablando de mis hijos, que están fascinados con sus sobrinos.—Nooooo…—¡Síiii! —responde Luna y Beverly al mismo tiempo, Luna se lleva la mano a la cara porque su hermana la ha delatado y Bernadette se ríe.—Chicas, ellos son entrometidos, controladores, perfe
Tras aquella propuesta aceptada, los dos cenaron tranquilos y luego Jack se llevó a Luna a un paseo por el lago, en donde las familias de los dos estaban esperando para celebrar.El amor que ambos se tienen ha logrado traspasar muchas barreras y no se puede dejar de celebrar, especialmente por Jack, quien siente un alivio en su vida.Pero no todo es perfecto ni color de rosa.Jack está en casa trabajando, modalidad que ha adoptado para estar con Luna, mientras que Anish y Jason se hacen cargo de la empresa presencialmente, solucionando todos los problemas que surgieron por causa del atentado que sufrió la fábrica.—Yo creo que deberíamos ir de luna de miel a Hawái —le dice Jack algo distraído, ella se acerca a él y mira la pantalla de su laptop, para luego dedicarle una mirada acusatoria—. ¡¿Qué?! ¿Por qué me miras así, mujer?—Porque se supone que deberías estar trabajando, ¿o me equivoco?—Ya terminé mi trabajo, bella dama, ahora estoy en mi descanso y estoy planeando nuestra boda.
Último capítulo