42

—Tengo lo que me pediste —dije señalando las cestas—. Pero la señora Tilda quiere que yo misma entregue las medicinas a cada mujer.

Helga no puso objeciones, tal como la sanadora anticipara, y entre las dos separamos lo que correspondía a sus compañeras de turno, que resultó ser sólo una cuarta parte. Me indicó áreas y turnos de las demás, y pareció sorprendida cuando las agrupé sin tomar notas.

—No te preocupes, tengo buena memoria —sonreí—. Anotaré el detalle cuando regrese a cenar.

En lugar de Kendra hallé a una loba de más edad, la primera que veía con cabello cano, que parecía aún más austera y distante. Helga me dejó a las puertas de la cocina, apresurándose hacia la arcada lateral con mi bandeja. Las mujeres se afanaban limpiando luego de servir la cena, aunque se las ingenia

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App