Capítulo 31 —La besé con tu sabor en la boca
Narrador:
El silencio dentro del coche era sofocante. Cleo tenía la espalda rígida contra el asiento, la mirada clavada en el parabrisas y las manos apretadas sobre el bolso. El corazón le latía con tanta fuerza que apenas podía oír otra cosa. No sabía si era rabia, humillación, deseo… o todo junto enredado en un nudo que no la dejaba respirar. Nerón no dijo nada. Solo arrancó el motor y avanzó unos metros, despacio, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Ella se giró de golpe.
—¿Se cree con derecho a encerrarme ahora también? —Él no respondió, la miró de reojo y luego volvió la vista al camino de grava que conducía al último portón. —No me mire así —espetó ella, con los ojos brillosos —No venga con esa cara de nada. Usted… usted no tiene idea de lo que me está haciendo. Primero me toca, me deja... me deja al borde, como si fuera un maldito juguete, y después se va con esa mujer y... y la besa como si nada. Como si no acabara de tener la