Axel Vega Lazcano
León, Guanajuato, México
Ahora no me quedaba otra que tener que llevarla y era mejor que ya que cenáramos, Amaia lo supiera por mí y no por Ale después.
–Hola de nuevo – Saludé a Amaia y a mi amiga, al reunirme con ellas en la sala – Espero que, me digan que la cena ya viene en camino que me muero de hambre.
Ahora si era definitivo, o pedíamos o íbamos a cenar a algún lado, esto ya no lo aguantaba, mi cuerpo estaba reclamando de los sagrados alimentos.
–Sí Axel, ya la güera pidió unas alitas, mi amor y unas hamburguesas, lo que se te antoje – Amaia se sentó en mis piernas – Yo sólo te quiero a ti.
–Si gustan, yo me puedo ir – Ofreció la güera – No veo, que mi presencia aquí, sea muy de su agrado. Estoy estorbándoles en su nido de amor.
–No güerita, tu te quedas. Ya Axel y yo, tuvimos mucho tiempo para amarnos – Dijo Amaia – Así que podemos cenar juntos.
–Si güera, además será también mi manera de disculparme contigo por cómo me puse la última vez, no era la forma – A