CAPÍTULO 169. Promesas al viento.
Capítulo 169
Promesas al viento.
El sol de la mañana se colaba por los ventanales del comedor, tiñendo de dorado la gran mesa de caoba, donde, apenas unas horas antes, habían sellado su triunfo con champán. Ahora, en lugar de velas y jazmines, un centro de frutas frescas, croissants y tazones de café humeante aguardaba en silencio.
Alessia entró primero, con el pijama de seda marfil aún ceñido al cuerpo, el cabello recogido en un moño desordenado. Detrás la siguió Don Ricardo, sosteniendo una bandeja con tostadas, tocinetas, aguacate y huevos, su gesto adusto contrastaba con la luz amable de la mañana.
—Buenos días, papá —saludó Alessia, sentándose sin apartar la vista de la taza de espresso—. Gracias por el desayuno.
Él colocó la bandeja frente a ella con manos ligeramente temblorosas.
—De nada, hija. Pensé que querrías algo ligero después de anoche.
Alessia alzó la mirada, sus ojos verdes fijos en su padre.
—Papá —comenzó con voz mesurada—, quisiera saber qué pasó con Alana.
Don R