CAPÍTULO 152. Distancias que duelen.
Capítulo 152
Distancias que duelen.
Leonard se sentó en el sofá del salón principal con los codos apoyados sobre las rodillas, los dedos entrelazados frente a su rostro, y los ojos fijos en algún punto invisible del ventanal. Afuera, las hojas del roble crujían al compás de un viento suave, pero en su interior todo era una tormenta silenciosa.
Llevaba puesta la misma camisa desde hacía horas. No recordaba si había almorzado. Ni siquiera si había hablado con alguien ese día. Lo único que sentía era el zumbido en sus oídos… como un eco lejano de su propia conciencia llamándolo desde otro lugar.
Alessia lo observaba desde la puerta, con una taza de té entre las manos. Dudó si acercarse o no. Él no la había mirado ni una vez desde que bajó esa mañana. No respondió a los buenos días, no preguntó por las niñas, no mencionó la reunión que tenía con los abogados. Solo existía… como si no existiera.
—Leonard… —se animó a decir con suavidad, cruzando el umbral—. ¿Te sientes bien?
Leonard desvió