409. REGRESANDO A CASA
BRENDA
Agazapada, fui moviéndome a rastras hacia atrás, sobre las frías baldosas, para evitar ser descubierta.
Entré por las puertas dejadas medio abiertas y corrí entonces hacia el espejo, examinándome, no fuese que tuviera hojas del bosque o algo que me delatara.
Con el corazón desbocado, me lancé prácticamente a la cama, escuchando las botas por el pasillo.
La puerta se abrió y el Duque Thesio entró a la habitación.
Sus pasos enseguida se dirigieron hacia mí.
Regulé mi respiración, él se detuvo en el borde y me examinaba, hasta que se cercioró y se marchó al baño.
Abrí los ojos, llenos de cálculos en la oscuridad.
Maldito idiota, ¿de qué le servía ser Duque si era solo un elemental? Nunca estarían a la altura de los poderes de los seres sobrenaturales.
Mañana iría a reunirme con ese vampiro.
Los días de Thesio estaban contados.
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NARRADORA
A varios kilómetros de la capital del Ducado de Thesio…
—Joder, creí que palmaba esta noche, parecía interminable —Tomás rezongaba subido en