342. UN LUGAR MISTERIOSO
NARRADORA
Cayendo desde las alturas y sumergida en los fuertes brazos masculinos, la robusta lycan hizo su cambio a una mujer curvilínea y hermosa, pero mucho más pequeña.
Su pareja se envolvió sobre ella como una manta de protección.
Ya veían el suelo acercarse con rapidez, así que ambos lycan prepararon su cuerpo y todos sus instintos de bestias superiores.
¡BAAAM!
Los poderosos músculos de las potentes patas explotaron al caer de pie, levantando tierra y desperdicios por doquier.
Aun así rodaron por el impulso, raspándose el pelaje y escuchando el crujir de los huesos.
Beof lo tuvo peor porque su prioridad era proteger a su compañera, pero Theron enseguida se estabilizó.
Cuando logró incorporarse y caminar hacia la esquina donde vio la sombra de su cuñado, una advertencia retumbó en su mente.
“Espera, ella está desnuda”, escuchó la voz de Beof y sus movimientos bloqueando a Mara.
Theron casi le gruñe con molestia.
Aún no entendía esa veta obsesiva de posesividad.
Amara era su herma