296. DESEO HACERTE EL AMOR
SILAS
Mi respiración pesada abanica los suaves pelos blancos.
Tengo que recordarme constantemente que es su primera vez, que debo controlarme.
Me incorporo y vuelvo a cambiar.
Con torpeza y algo más lento que ella, pero constante. La guío hacia donde la deseo llevar.
Un enorme lobo negro dejando una estela de bruma oscura y una hermosa loba de cabello dorado corriendo bajo la luna.
Llegué al borde del lago y salté sobre sus aguas mansas.
Bajo mis patas se endurecía al momento, permitiéndome avanzar.
Sigrid me siguió, destellos dorados quedaban en un camino por donde transitaba.
Nos tocábamos y acariciábamos nuestros morros, siempre a su lado, siempre con mi Selenia.
Atravesé la bruma oscura, la barrera hacia el Reino de los Elementales que se abrió para dejarla pasar. Ella siempre podría acceder a este territorio.
Me siguió, sin preguntar, sobre las colinas, entre las montañas, bordeando las ciudades que crearon los elementales durante tantos años.
Pero dentro de esta prisión, ha