256. EL DESPERTAR DE MI LOBO
DRACOMIR
Escuchaba una voz rugiendo desde el interior de mi cabeza.
El pecho me dolía como si se me estuviese abriendo en dos pedazos.
Pero una tensión me llevaba del cuello hacia donde estaba mi padre adoptivo y su hija… mi familia… los que juré proteger.
Mientras me agachaba al lado de Celia, dándole de mi sangre, me preguntaba, ¿qué era eso importante que había dejado atrás?
Una silueta femenina se desdibujaba en mi mente, un olor que adoraba, que era mi hogar.
Quería resistir, pero dolía tanto… estaba confundido en la maraña de ideas.
Los labios fríos de Celia se movieron sobre mi muñeca, arrojada aún sobre el charco de sangre en las losas del hall.
Ni siquiera sé como sobrevivió a un ataque tan brutal.
Se veía tan pálida, tan… muerta.
Su corazón casi no se escuchaba latir.
Pero yo haría lo que fuese necesario por salvarla, porque una orden se había quedado impresa en mi voluntad:
Tenía que proteger a esta familia sobre todas las cosas. Ellos eran los verdaderos amos y mis benefac