232. MATAR O MORIR
SIGRID
Así llamaron a la larga tarima donde luchaban las candidatas, mientras Alessandre miraba, bien aburrido, sobre un asiento en lo alto de las escaleras.
—¡La ganadora es Amelandra Grumon! —vitorearon a una pelirroja toda orgullosa y dándole miraditas coquetas al tío abuelo.
La verdad, todo esto me parecía tan ridículo.
—¡Próximas concursantes Petra Sole y Electra De la Croix! —bueno, llegó el momento de sacar toda esta frustración.
Subí por las escalerillas de madera y me paré en mi punta, ella en la otra, su risita de suficiencia me tenía harta.
El domo de cristal que protegía el resto de la sala de los hechizos empezó a subir y cerrarse sobre nuestras cabezas.
—¡Que comience la pelea! —apenas dieron la orden de salida, se abalanzó sobre mí como una hiena.
Comenzamos a luchar cuerpo a cuerpo, patada, esquiva, puñetazo, esquiva...
Me giré zafándome de un agarre y le asenté un codazo demoledor en las costillas que escuché traquear.
Así de cerca, esta mujer no era mi contrincan