223. AHORA ERES MI ESCLAVA
NARRADORA
Casi le pareció escuchar el suspiro de alivio que soltó Dracomir.
— Aquí preparé un contrato… lo firmas con tu sangre.
El Lord no había perdido tiempo.
Rousse no dijo nada, solo tomó el pergamino y lo examinó.
Ni se llamaba Zarek, ni Victoria pertenecía a ningún feudo de este mundo.
—Está bien, me parece justo. Solo quiero agregar que la entrego de buena voluntad y espero comerciar en el futuro con su fortaleza.
Fingió que sacaba más ventajas, como cualquier noble.
Se rasgó la yema del dedo con los dientes y estampó la huella en el espacio al lado de su nombre falso.
—Me aseguraré de que sea bienvenido, pero no lo quiero cerca de mi… esclava.
Dracomir recalcó el “mi” con un siseo amenazante.
Las pupilas de lobo le dieron una última mirada de advertencia a Rousse antes de marcharse de la cantina.
El Lord no era idiota.
Había mandado a investigar si de verdad ese apellido de noble existía en el otro feudo de hombres lobo.
Lo que pasa es que la distancia era demasiada y demorab