216. FANTASMAS DEL PASADO
DRACOMIR
Los caninos se le alargaban puntiagudos, haciendo esos siseos para atraer a sus presas.
Sus pupilas, tan rojas como la sangre.
Una vampira en todo su esplendor.
Intenté empujar esas sensaciones estúpidas y concentrarme en este momento tan excitante y único.
Pronto llegó mi recompensa.
Mmmnnn… maldita sea que apretada… Sshhh…
Mis pensamientos, llenos de lujuria y algo más, se mezclaron con una sensación que era puro pecado.
Al fin me había empujado la verga dentro de ese agujerito caliente y resbaloso.
Martillé varias veces, sin poder soportar más el dolor en mis testículos cargados.
Esas paredes apretadas me envolvieron la polla por todos lados.
Ardiente tentación envuelta en seda.
—¡Aaggg! —cerré los ojos rugiendo y descargándome, sintiendo mi esencia llenándola.
Algo rugía por salir de mi pecho.
La base de mi miembro pulsaba por engrosarse, los caninos me picaban en las encías.
Mi lobo… eran señales de mi lobo, que creía perdido.
Victoria me hacía sentir vivo, despertaba se