206. ¡ESA VAMPIRA NO TE PERTENECE!
NARRADORA
La voz suave resonó en su cabeza.
La sensación de tener esa magia rondando en su mente, nutriendo su cuerpo muerto, era algo indescriptible.
“Yo…” Rousse no sabía qué decir.
Se tocaba la cara y el cuello. Sus memorias, confundidas.
“¿Esto es una ilusión?”
“No es una ilusión… bueno, no puedo hacerlo permanente, pero mientras esté en tu cuerpo puedo regresarte a como eras antes. ¡Te ves muy lindo!”
Meridiana podía “ver” el mundo a través de los ojos de Rousse, percibir todo lo que sus sentidos afilados transmitían.
El reflejo del hombre apuesto y masculino, con facciones cuadradas y sexis, hacía latir su corazón de una manera inexplicable.
Le gustaba cómo su magia vibraba con Rousse. Él era especial.
“Sí, me gusta tu regalo… mucho… Gracias.”
La voz ronca sonó estrangulada por todos esos sentimientos que le resultaban hasta nuevos.
Meridiana sonrió satisfecha; era la primera vez que alguien le agradecía por su don.
El general recogió una lágrima con la yema de los dedos y le co