NARRADORA—¡¿Qué sucedió, Nana?! ¿Quién te hizo daño?—Mamá, Verak… Verak iba a engañarnos a todos para quedarse con esa mujer… —hipando y entre sollozos, le contó lo que escuchó en la choza.—Ya, ya, eso quizás fue una trampa de esa arpía para humillarte. No te pongas así —le palmeó la espalda, angustiada.Esta había sido la cachorra que tuvo después de mayor, cuando creyó que se quedaría sin heredera.Nana era la niña de sus ojos. ¿Cómo se atrevía Verak a quererla convertir en el hazmerreír de la manada?Y esa mujer… de nuevo Lyra… si no hubiese aparecido…¡Tenía que deshacerse de ella y de Drakkar también!¡Ese macho se estaba convirtiendo en el peligro que siempre temió!No viviría eternamente y Nana tenía que ser la próxima Luna Curandera. Necesitaba la influencia de Verak como el próximo Alfa.Gertrudis apretó los dientes, llena de odio y cálculos en la mente mientras consolaba a su cachorra.Podía delatar directamente a Drakkar, pero en el fondo siempre había tenido miedo de su
DRAKKARApreté los dientes con todos los músculos contraídos.Su pequeña mano se movía arriba y abajo cada vez más rápido y placentera.Sentía mis testículos pulsar dolorosamente, el olor del apareamiento enloqueciéndome.Sus suaves pechos pegados a mi espalda empapada en sudor, jadeando en mi cuello.—Mmm, Drakkar, córrete para mí… —sus gemidos me hicieron gruñir y empujar mis caderas hacia delante con brusquedad y lujuriosa prisa.Bajé mi mano más ruda y apreté la suya, gimiendo ronco, perdido en todas las sensaciones que Lyra despertaba en mi instinto animal.Recordaba las sensaciones de su coño, mmm, de la suavidad rodeando mi hombría, de su cuerpo dominado bajo el mío.—Agggrr —rugí mientras me vaciaba entre sus dedos, mi polla pulsando su liberación, salpicando la piedra de la pared.Sshhh, esta hembra me encanta, no puedo dejar de desearla. ¿Por qué?Deseo montarla desesperadamente, devorarla por completo y que nunca se vaya de mi lado.—Lyra… —gimo ronco su nombre, luchando po
LYRANunca he estado tan frustrada y enojada. Drakkar está demostrando ser más cabeza dura que una roca.“Lyra, creo que ya puedo salir, necesito quemar energía porque estoy pensando seriamente en morderle las nalgas a cierto salvaje.”Aztoria me dice de repente y estoy de acuerdo.Me escabullo de la cueva y me alejo de la manada.Cuando estoy segura de que nadie me sigue y no hay peligros, me desnudo.La verdad es que mi ropa ya está hecha un desastre, debo pensar en vestirme con trozos de pieles, pero son demasiado ásperas y rudimentarias.Eso lo veré después, ahora invoco el cambio.Cierro los ojos y disfruto del dolor de liberar mi parte animal.Caigo al suelo en cuatro patas, las encías se hinchan y se abren a la afilada dentadura.Mi rostro se alarga en un morro, mis extremidades crujen, cada hueso y músculo fusionándose en un nuevo ser.Siento mi piel arder y mis poros dilatándose en un tupido pelaje.Elevo la cabeza y el rugido de Aztoria resuena entre los altos árboles.Me su
LYRAPor un segundo creía que era el fastidioso de Verak persiguiéndome, pero ni siquiera pude reaccionar cuando fui rodeada por unos fuertes brazos.—¡Lyra! —la voz ansiosa de Drakkar resonó sobre mi cabeza, su corazón palpitaba con fuerza contra mi oído.—Drakkar…—¿¡Por qué saliste sola de la manada y viniste tan lejos?! ¡Es peligroso!—se separó tomándome de los hombros, sus ojos ansiosos, podía sentir su preocupación.—Yo, solo vine a bañarme…—Debiste esperarme, pensé… yo pensé… —sus pupilas erráticas, la sombra de las runas comenzaban a arrastrarse por su piel mientras luchaba por el control.“El cosito pensó que nos escaparíamos sin él.” Aztoria entendió también los sentimientos de Drakkar. “Mi muñeco bello, sin ti no voy a ningún sitio, cariño.”—Drakkar, no me iba a escapar, me dijiste que irías a cazar…Volvió a abrazarme, sumiéndome en sus pectorales, sus manos me rodeaban la cabeza y la espalda tan fuerte que estaba en los límites del dolor, pero mi alma se sentía muy dulc
LYRA Me abalancé a jalarlo, pero ya el cuerpo enorme y ágil había dado un salto atrás. —Drakkar, qué susto —lo revisé, su piel enrojecida, pero sin quemaduras. —Lyra, ¿así está bien? —me dijo, mirando los cuatro moldes, cocinándose a fuego lento. —Debemos esperar a mañana, creo que sí —le respondí suspirando, y de verdad, esperaba que funcionara esta fundición rudimentaria. Al otro día, marcharíamos por la peligrosa jungla hasta esa manada a unos días de distancia. Lo peor de todo es que Drakkar y yo no teníamos nada para intercambiar, pero si estas armas funcionaban, cazar en el camino sería pan comido. Dormimos apenas unas horas y al otro día, levantándonos más temprano que el sol, corrimos de regreso a la cueva para ver si la fundición había funcionado. ***** —¡Ay no! —suspiré desilusionada al retirar el primer molde. De nuevo, Drakkar usó ese tronco a modo de pala. —Se fracturó un lado, lo tallé demasiado fino —frunció el ceño, culpándose porque la Gaia se escurri
NARRADORALa mañana avanzaba y la fila de hombres lobo se movía sigilosa y con prisas por la selva. Alertas en todo momento y pendientes a los ataques de depredadores. Afortunadamente, no hubo grandes incidentes, solo salir corriendo de un pequeño grupo que los persiguió, pero se acercaban todos a salvo a la primera parada de descanso. —Después de esos grandes árboles, hay un lago que es bastante seguro, los troncos no dejan pasar a grandes bestias —el guerrero experimentado le comentaba a Verak.Detrás de ellos, los demás caminaban más relajados. —Oye, mira a Drakkar como lleva a su hembra, ¿por qué no haces lo mismo conmigo? Lyra espiaba con algo de diversión la conversación de una mujer con su macho. —Ella es una loba delicada, pero mira tus pies, eres capaz de partir las piedras con esas costras. —¡Pero serás…! —Pft —Lyra se tapó la boca para no reírse a carcajadas, pero el resto de los hombres no fueron tan gentiles y estallaron en burlas.Las poca
NARRADORA—¡Wao, qué hermoso! —la vista del lago era espectacular, rodeado de montañas y un bosque espeso.Era un sitio bastante agradable y tranquilo.Algunos se arrojaron sobre la hierba, cansados de desandar el día entero, y otros fueron a buscar agua fresca para sus gargantas.Drakkar bajó su preciada carga de la espalda, sentándola sobre una piedra.—Lyra, ¿te duelen las piernas? —le preguntó, mirando angustiado a algunas partes donde su piel se había enrojecido por el sol.Lyra estaba más dulce que la miel, si ella solo se había tirado como una perezosa sobre los músculos de su mate.—No, estoy bien. ¿Y tú? ¿Peso mucho? —extendió su mano para acariciarle la barba y Drakkar negó cerrando los ojos y disfrutando del roce de sus dedos.Desde lejos parecían justo lo que eran, dos personas con sentimientos muy profundos entre ellos.—¡Drakkar, vamos a cazar, vimos cerca unos Stalodontes! —los guerreros estaban bien entusiasmados y las mujeres ya abrían las fogatas para hacer los asado
NARRADORAEl olor a carne asada y chamuscada ya se elevaba con el humo en el ambiente.Los hombres lobo se unían en grupos alrededor de los fuegos.Cuando Lyra vio a Nana, la chica desvió los ojos de forma antinatural.La Alfa suspiró pensando en que había mujeres que no tenían ni una pizca de dignidad.Como sea, eso no era su problema. Ahora debía alimentar a su hombre.*****Una hora después…—Te dije que esa mujer era solo belleza, pero tenía el coco vacío —algunas hembras cuchicheaban, atentas desde el inicio a todas las cosas raras que habían hecho Lyra y Drakkar.Envolver un bulto de hojas con barro cercano al lago, luego cavar huecos y meter todo, con más tierra y brasas prendidas por encima.¿Qué tipo de ritual era ese? Obvio que no era para comer.—Pobre Drakkar, debe estar pasando hambre con una mujer tan inútil.Nana se alegraba secretamente por las críticas a Lyra.A su lado, Verak hablaba con los guerreros, pero su atención siempre estaba puesta en el cabello platinado qu