189. HIJOS DEFECTUOSOS
SIGRID
El carruaje se detuvo y escuché que Grimm saludaba a unos hombres, luego el sonido de rejas y de nuevo en marcha.
Aparté la cortina con mi dedo donde un enorme anillo de esmeralda relucía y enseguida los guardias bajaron la cabeza con respeto.
Pasamos por unas poderosas murallas que daban acceso a una ciudad llena de villas, casas de piedra y madera.
Se escuchaba el bullicio de las calles y el aroma a comida, junto con el pregoneo de las personas en el mercado.
Todos los campos de cultivos y lo que estaba dentro de estas murallas, pertenecía al feudo de la familia de hechiceras De La Croix.
Tres hermanas, la mayor y jefa actual del castillo, Morgana De La Croix, la del medio Drusilla De La Croix y la menor de ellas, la mujer que mantenía prisionera en su conciencia, mientras ocupaba su cuerpo con mi espíritu primordial: Electra De La Croix.
—Quiero descansar, que nadie me moleste
Di órdenes y avancé, según los recuerdos, a través del patio exterior donde nos detuvimos, atr