110. ¡YO SOY UNA SELENIA!
NYX
Aidan se quedó en silencio, me miraba intensamente, queriéndome devorar, destrozar, arrinconar, revolcar… no sé, no entendía para nada a este hombre y todas sus facetas.
—Bien, pequeña bruja —de repente esa voz lobuna susurró en mi oído cuando el macho de invierno se inclinó a hablarme.
—. Pero, aunque llores, no voy a tenerte nada de compasión. Es hora de que aprendas quién manda aquí.
Incluso tuvo el descaro de amenazarme.
Bufé al verlo alejarse, quitándose la túnica negra que llevaba, la camisa blanca; caminando hacia el refugio de unos árboles.
—¡Soy una Selenia, una Selenia! —le rugí, aunque empezaba a darme cuenta de que me llamaba bruja solo para molestarme.
Mis ojos se clavaron en la musculosa espalda desnuda que apenas y pude vislumbrar antes de que se metiera detrás del tronco.
“Concéntrate, Nyx”
Me palmeé las mejillas y respiré profundo, cerrando los ojos y convocando el cambio.
Tenía buen control de mi forma mágica de loba.
Al abuelo le encantaba llevarnos a correr b